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Necesitaba aclarar mi jodida cabeza sino sentía que explotaría.

Ya habían pasado dos días desde mi beso con Aaron, dos días en los que he estado consolando a Nova porque al parecer terminó su relación con su novio y dos días en los que he estado ignorando a Aaron y buscando excusas para no estar en una misma habitación los dos solos. Una buena excusa es siempre tener a alguien más cerca para no tener que tener esa incómoda conversación, y que mejor para esa tarea de barrera protectora que Nova.

Así ella no se sentía sola y yo podía ignorar a su hermano a gusto.

Parecerá contradictorio, pero, cuando ya medité todo lo que ocurrió con la cabeza en frío, supe que lo mío con Aaron no tendría futuro y que lo que pasó aquella noche no debió suceder en primer lugar. Por eso ejercía distancia, para que las cosas no se hicieran raras.

A decir verdad, no me veía en una relación con él, por más que quisiera. Además, necesitaba concentrarme en cosas más importantes que eso.

-¿No puedo solamente ser miserable en cama? -se quejó Nova mientras bajaba las escaleras arrastrando los pies.

-No, rubia hueca, necesitas ventilarte y despejar un poco la cabeza -me quejé mientras hacia una coleta con mi cabello-. No lograrás nada sintiendote una mierda en cama.

Nova, quien estaba tirada en el sofá ya vestida cn ropa deportiva, hizo un puchero exagerado.

-No eres una buena persona -anunció.

-Cinco años y hasta que te das cuenta -respondí.

La puerta se abrió detrás de mí y yo me sobresalté cuando me giré y vi a Aaron de frente. Este me observó con una sonrisa de "nada ocurre aquí" y nos observó a ambas.

-Que bueno que ya están listas, ¿nos vamos? -comenzó.

Nova suspiró pesadamente detrás de mí y miré sobre mi hombro como se levantaba pesadamente del sofá.

-Como sea, ojala esto termine rápido así no me pierdo Mujer bonita en la tele -se resignó mi amiga.

Por mi parte, abrí y cerré varias veces mi boca sin saber que decir mientras me volvía a ver a Aaron. Este maldito hijo de perra ladeó la cabeza hacia un costado con una sonrisa y cierto brillo triunfal en los ojos.

-¿A dónde se supone que irémos contigo? -cuestioné.

-A correr.

-Nova y yo irémos a correr -le corregí.

-Bueno, pues ahora Nova, tú y yo irémos -informó.

-Él se ofreció a acompañarnos, no le veo nada de malo ¿o no? -comenzó Nova dirigiéndose a la puerta.

-Bueno, pues... -Por lo menos pude controlar mi verborrea antes de cagarla-. Lo que sea, ya vámonos.

***

Por suerte el parque más cercano de la casa de los Jones estaba a unas pocas cuadras por lo que llegamos caminando en unos pocos minutos, además el caminar servía bastante bien para calentar. Una vez que llegamos al parque este estaba bastante concurrido, con algunos niños jugando en el secto de los juegos y algunos, como nosotros, venían también a hacer ejercicio. Si bien estábamos en verano el día no se encontraba tan caluroso y una pequeña brisa soplaba de a ratos, por lo que era un día ideal para correr.

Por ejemplo, una parte dentro de mí quería correr lo más lejos posible de Aaron. El jodido bastardo con su sola presencia ya me hacia recordar lo que ocurrió hace unas noches atrás y con solo pensarlo ya me ponía nerviosa.

No me llamo Mulan [Princesas Modernas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora