15 años.
Juro que no pasé ni 2 horas en esta maldita escuela y ya odio a la maldita rubia hueca y oxigenada que tengo a dos casilleros míos. Es una idiota, se pasa todo el día queriendo llamar la atención con su estúpido grupo de amigas, obviamente son todas falsas, están con ellas para ver si se les pega la popularidad y la atención que tiene la rubia.
Tiene la atención de las chicas, de los chicos, incluso de los cursos más altos y de los más bajos que nosotras, lo sé porque le vi hablando con varios grupos de antepenúltimo y último año y en clases siempre es la atención y adoración de los profesores para ella.
Ya resalta con su nombre estúpidamente raro de por si: Ivanova Jones.
Es la persona más despreciable que conozco. No es porque sólo la juzgué así porque sí, tengo mis motivos, en clase de biología la Miss perfecta ni siquiera me dejó hablar para contestar las preguntas, siempre que sobrepasaba por mi voz y contestaba por mí, me observaba y me decía con ese estúpido aire desdeñoso "tal vez para la próxima", próximo está la imagen de mi puño contra su perfecta cara con ojos azules.
En Japón a personas como ella le damos su maldito castigo...
Mis pensamientos fueron cortados al momento en el que las escandalosas risas de las amigas de la rubia fueron en aumento. Cerré mi casillero y me voltee a ver en su dirección, estaba, que gran casualidad, la rubia encabezando el grupo, a su lado había una chica castaña de ojos claros también, creo que se llama Lonnie Moore o algo así, detrás también había varias chicas a las cuales no recuerdo su nombre, pero entre ellas había una pelirroja que parecía la más calmada de todas, Samara Daily. El grupo de chicas estaba extasiadas por uno de los chicos de último año, era alto, fornido, castaño y de ojos azules y cejas algo pobladas, pero, por lo que escuché, se llama Luka y es uno de los chicos más deseados de la secundaria. Cosa que al parecer saben muy bien ese grupo, sobre todo la rubia quien charlaba abiertamente con él.
Me dirigí hacia la cafetería dejando atrás al ruidoso grupo de chicas. Cuando entré, o salí mejor dicho, me di cuenta de que esta cafetería estaba al aire libre. Luego de unos segundos, me dirigí a un árbol algo alejado, desde aquí se parecía perfecto sentarse ahí.
Me encamine pero en mi trayecto me tropecé con un chico, tenía el cabello castaño algo oscuro, ojos azules y era sólo por dos centímetros más alto que yo ¿qué le sucede a esta escuela con las personas de ojos azules?.
Estaba por decirle que lo sentía cuando me rodeó y, con la misma velocidad que vino, se fue.
Decidí dejar pasar ese momento y me dirigí al árbol, me senté debajo de una rama perfecta que daba sombra y saqué una manzana de mi mochila. No podría decir que este lugar no es nada parecido a la escuela en Japón, es más, aquí son más flexibles que allá, pero en cuestión amistades la cosa cambiaba. No era que fuera una gran antisocial que odiaba al mundo, sólo no le caía tan bien a la gente ya que tengo ese extraño don-maldición que hace que mi lengua hable antes de pensar y suelte cosas, demasiadas cosas, en su mayoría algo hirientes.
Me puse mis auriculares y los conecté en mi IPod, puse una canción y cerré los ojos.
Mi tarde podría haber sido mejor si alguien no se hubiera puesto al frente mío tapando el sol que me calentaba la cara. Abrí los ojos y encontré a la chica pelirroja, la tal Samara, amiga de la maldita rubia hueca.
—Escuché que eres nueva —comenzó.
—En realidad no, sólo me escondía en el armario de limpieza hasta que el director se enojó y dijo que saliera a socializar —contesté con sarcasmo.
ESTÁS LEYENDO
No me llamo Mulan [Princesas Modernas #2]
Novela JuvenilAlgo que siempre quiso Kira Yamagi es ser la nueva presidenta de la cadena hotelera de su padre. Siendo prácticamente hija unica y de caracter fuerte todas las posibilidades estan a su favor, hasta que sus padres le ponen condiciones para ello. Ell...