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Tercer día de trabajo y ya no puedo con esto.

Yo no recordaba que trabajar fuera así de cansador. Aun así, ya sabía la diferencia y esta erradicaba en que Springer me odia y hará hasta lo imposible para hacerme la vida un infierno dentro del hotel.

Bostecé estirándome en mi asiento y volví a recargarme en el escritorio viendo con cansancio los papeles que aún me faltaban revisar.

Sinceramente el idiota de Springer era un maldito vago que le delegaba su trabajo a los demás para luego llevarse todo el crédito. Cosa que estaba ocurriendo en estos momentos. Vi como caminaba parsimonioso por el pasillo de la sala acercándose hacia mi escritorio, una vez que llegó al frente de mí, se cruzó de brazos y tomó con recelo uno de los informes que había preparado.

-¿Esto es lo mejor que pudiste hacer en una hora? -cuestionó despectivamente

-Eso y la carpeta de ahí -comencé apuntando vagamente hacia la carpeta rellena de papeles-. Ordené todos los ingresos y egresos de los últimos seis meses del hotel.

Springer tomó la carpeta y la abrió para leerla. Mientras más pasaban los segundos su sorpresa se iba haciendo más evidente, una vez que la cerró, su expresión volvió a ser la fastidiosa de siempre.

-Bien, me la llevaré -avisó.

-Un "gracias" nunca vendría mal -le recordé.

-Es tu trabajo -se atajó.

Estaba por seguir soltando veneno cuando Amalia se acercó a mí con una sonrisa.

-Hola Kira, ¿Cómo llevas tu primera semana? -saludó con una sonrisa.

Pegué una sonrisa en mi rostro y me enderecé al instante. Por supuesto que no le mostraría a Amalia que era débil, ella verá que soy una trabajadora nata y me tendrá en cuenta.

-Perfecto Amalia -contesté con una sonrisa.

-Me alegro -contestó con sinceridad. Luego se volteó hacia Springer quien veía la escena aburrido, pero cuando se jefa se volteó a verlo, le regaló una sonrisa.

-Este es el informe de los ingresos de los últimos seis meses, yo mismo lo hice para la reunión de hoy -anunció entregándole la carpeta.

Abrí la boca ofendida y miré de Amalia hacia el idiota de Springer como si fuera un partido de tenis. Amalia asentía viendo la carpeta con concentración y la cerró para regalarle una sonrisa al perro traicionero de Springer.

-Bien hecho, Springer, esto nos servirá bastante para la reunión de un rato -alagó Amalia.

Esto era una puta broma.

Tenía que serlo, tenía que salir un payaso de alguno de los escritorios con globos para decirme que esto era una jodida broma. Se robó mi trabajo, el cual gasté tiempo y horas de sueño para confeccionar. Juro que se las verá conmigo.

-¿Nos vamos a la reunión Daniel? -comenzó Amalia. Springer asintió como todo buen perro guardián y Amalia se dirigió a mí-. Nos vemos luego, Kira.

Asentí apretando mis labios en una sonrisa forzada mientras me mordía con fuerza la lengua para no soltar la sarta de cosas que tenía para decirle a Springer. Amalia se retiró y su perro faldero me observó darle una mirada de muerte.

-Así es la vida, niña, acéptalo -se quejó, pero aun así desapareció rápidamente.

-Maldita rata ya vas a ver cuándo te agarre -siseé.

***

Nova tenía razón, este sabor de helado era delicioso.

Suspiré mientras veía pasar a las personas. Esto era sumamente patético.

No me llamo Mulan [Princesas Modernas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora