Capítulo 4

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Holaaa! :D al fin aparecí con un nuevo capítulo que espero disfruten.

Unos minutos antes...

A las afueras de la casa de Bob, una figura extraña caminaba alrededor de la propiedad, vestida completamente de negro, de pies a cabeza, para ocultarse mejor en la oscuridad. Estaba siendo empapada por la feroz lluvia pero parecía totalmente imperturbable por ese hecho. Llevaba consigo una linterna y tenía una bolsa negra colgando de su hombro. Por sus movimientos, parecía estar buscando una manera de entrar.

Apuntó la luz de su linterna hacia una de las ventanas, sonriendo bajo su máscara cuando vio el lugar perfecto para colarse dentro de la casa, aprovechando la tormenta y que los jóvenes habían decidido quedarse en la sala de estar.

Había visto al dueño llegar con una chica bonita antes, suponiendo que ella era su novia o algo así, aunque esa información no le había sido dada. Había tenido la esperanza de atrapar al chico solo para evitarse complicaciones, pero los planes no siempre salían como uno quería que lo hicieran a veces. De todos modos, el muchacho era delgado y parecía débil, por más artes marciales que supiera, esta persona lo superaba en fuerza y resistencia, podía vencerlo fácilmente, la chica tampoco parecía ser demasiado, así que no creyó que tendría problemas para someterlos a los dos, incluso la muchacha podría ser útil para forzar al chico a ceder.

Así que puso las manos a la obra, agarrando la linterna entre los dientes para liberar sus manos y usarlas para subir por la ventana. Lo alcanzó y miró a través del cristal con la linterna, encontrando la habitación vacía. Rápidamente antes de que alguien pudiera aparecer, rompió la cerradura y la abrió, se escabulló y cerró la ventana detrás de él.

Se puso de pie en silencio. Su cuerpo entero estaba empapado, goteaba agua fría por todo el piso, sus botas dejaban un rastro de huellas de barro. Pero no le importaba, porque se desharía de sus botas justo después de terminar el trabajo y para cuando alguien supiera lo ocurrido, ya estaría muy lejos con otro trabajo bien hecho y una buena cantidad de efectivo.

Usó su linterna para echar un vistazo al lugar, luego se acercó a la puerta, abriéndola un poco y afilando sus oídos para escuchar mejor. Podía escuchar a los dos tortolitos hablando abajo, pero no podía discernir las palabras, solo murmuraciones y balbuceo. Así que volvió a cerrar la puerta y se dio la vuelta para sacar de su bolso sus herramientas para el trabajo que había venido a hacer.

Justo cuando dio un paso adelante, un trueno golpeó repentinamente, sacudiendo la casa, y él se tambaleó un poco sobre sus pies, por lo que no vio la bola esponjosa de suave pelaje que había sido despertada por el ruido fuerte.

Gary había estado durmiendo al pie de la cama de su dueño. El amable y cariñoso humano estaba abajo, por lo que el animalito no dudó en aprovecharse de eso, tomando la cama de Bob como propia, por lo menos esta noche.

Pero ese ruido aterrador lo había hecho abrir los ojos y saltar de la cama, asustado, para aterrizar directamente en la cara de una persona que no era el muchacho rubio que lo alimentaba.

Por supuesto, el tipo desconocido comenzó a entrar en pánico, agitando las manos para alejar a ese animal peludo de su rostro, solo logrando asustarlo y enojarlo más de lo que ya estaba. Gary comenzó a maullar ruidosamente con desesperación y miedo, se escuchó casi como si estuviera gritando, lo suficientemente fuerte como para que sus alaridos alcanzaran a las dos personas abajo.

Eso enfureció mucho más al hombre extraño, y él hundió los dedos en el cuerpo del gatito, tirando de él para sacárselo.

—¡Bájate, estúpido gato! —gruñó enfadado.

Bajo La TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora