Capítulo 1

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Como ya avisé en otra historia, soy Haruka, de fanfiction, y aquí traigo otra historia de las que tengo allí, que iré subiendo poco a poco, espero que la disfruten.

Aviso, traté de hacer a Bob menos estúpido por el amor del fic pero traté de no cambiarlo mucho, por favor no me maten T_T

Disclaimer: Bob Esponja y sus personajes –excepto los ooc que aparezcan– no me pertenecen. Son de Nickelodeon, y los creó Stephen Hillenburg, que en paz descanse.

La foto de portada es la misma que en mi otro perfil, NO es mía, no sé de quien es y espero que no le moleste, todo el crédito de la imagen va para esa persona.

Here We Go...

Arenita limpió sus botas de goma en el tapete fuera de las puertas de vidrio para luego abrirlas y caminar a través de ellas y adentrarse en el Crustáceo Cascarudo, vestida con un grueso abrigo que la había protegido del viento helado que soplaba afuera. El cielo había estado cubierto de nubes oscuras que amenazaban con dejar que la lluvia cayera sobre la ciudad en una tormenta violenta durante todo el día, y las noticias meteorológicas habían aconsejado a los ciudadanos que llevaran un paraguas con ellos para estar preparados si la tormenta atacaba antes de lo esperado. Así que ella había decidido sabiamente llevar uno con ella ese día.

Cerró la puerta detrás de ella y se quitó el abrigo, revelando una blusa verde y polainas violetas debajo de este. Dobló el abrigo en el brazo y miró a su alrededor. Todo estaba tranquilo, el local estaba casi vacío, aparte de una pareja sentada junto a una ventana, ambos bebiendo del mismo batido, mirándose con ojos soñadores, un hombre de negocios solitario con una hamburguesa a medio comer frente a él y sus ojos pegados al periódico, y un anciano dormido en su silla, babeando sobre su ropa.

Nadie le prestaba atención... Ni siquiera el cajero.

Calamardo estaba sentado en su lugar de trabajo, con los pies encima de la caja registradora, leyendo una de sus aburridas revistas de arte.

Ella caminó hacia una de las mesas en el rincón más alejado, junto a la ventana y puso sus cosas allí. Después de haber estado ocupada todo el día en una de las reuniones semanales que tenía con sus jefes, pensó que una visita a su restaurante favorito para tomar un refrigerio sería una buena idea, además, tenía una gran noticia sobre su trabajo que quería compartir con su rubio y burbujeante amigo.

Sus mejillas se colorearon ante la idea de la gran sonrisa feliz con hoyuelos que le mostraría por sus logros. Él había sido el primer amigo que ella había hecho en Fondo de Bikini. Desde ese momento, Bob siempre la había apoyado, y cuando se sentía deprimida, él era el que la animaba. Confiaba en ella y la consideraba la chica más inteligente que existía, y estaba muy orgulloso y feliz de ser su mejor amigo.

Ella se enrojeció más. Nadie sabía realmente lo que ella realmente sentía por él. Era su pequeño secreto, uno que mantenía bien escondido dentro de ella. Para todos, eran solo dos mejores amigos. Incluso para Bob, ella era su increíblemente inteligente amiga, pero para ella, desde hace un par de meses... Bob era su enamoramiento secreto.

Había empezado lentamente, como todo comienza. Primero, la joven había empezado a notar cosas de él que a nadie más le parecían interesantes, detalles que no parecían ser importantes. Cosas como los hoyuelos que se formaban en sus mejillas cuando sonreía de verdad, el brillo de sus ojos azules cuando algo le deleitaba, su risa, ruidosa, estridente y molesta para muchos, pero que se había vuelto encantadora para sus oídos, o la emoción y la diligencia en la que realizaría un trabajo que le gustaba, la limpieza en la que mantenía su lugar de trabajo, la forma en que su frente se fruncía en concentración y sus ojos se estrechaban cuando estaba haciendo un trabajo que consideraba de suma importancia, la precisión en sus movimientos de karate cuando practicaban juntos...

Bajo La TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora