Capítulo 9

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Holis! Como están? Me alegra traerles un nuevo capítulo, que era en un principio uno solo pero tuve que cortarlo porque sino se me haría muuuuy largo y sé que aveces puede resultar tedioso, que lo disfruten!

Por razones de la trama, hice a los padres de Bob vivir en otra ciudad.

Disclaimer: Bob Esponja no me pertenece.

Chester iba mirando el paisaje por la ventana, que se reducía a casas tras casas suburbanas empañadas por la lluvia que seguía cayendo como a baldes e iluminadas intermitentemente por relámpagos. Eso también dificultaba la visión para el conductor –un oficial experimentado pero muy reservado para mantener aunque sea una conversación ligera con el novato que lo acompañaba– que a pesar de tener el limpiaparabrisas activado, aun así tenía que achicar los ojos en un intento de ver mejor el camino para no formar parte de la larga lista de automovilistas que esa noche habían sufrido un accidente.

Eso hacía que su viaje fuera sereno y lento, lo que en realidad no ayudaba en nada a calmar los nervios del joven novato, cuyos ojos se debatían entre mirar al opaco paisaje afuera para distraerse u observar a su silencioso y peligroso pasajero en la parte trasera por medio del espejo retrovisor.

Aún estando esposado de pies y manos, aparentemente inmovilizado, ese hombre le hacia estremecerse de temor. El joven no había sido parte del equipo de oficiales encargado de capturar al fugitivo –como luego se enteró por conversaciones de sus compañeros–, pero si que había oído suficientes historias sobre él de los otros policías en la estación para que no tuviera que verlo en persona para desarrollar ese sentimiento de repulsión y aversión hacia él, y claro, verlo en persona mientras su alta e imponente figura era sacada de la casa por sus compañeros no hizo más que cimentar el miedo que solo pensar en su historial criminal le causaba.

Al principio, había creído que esas historias no eran más que inventos de los más veteranos para poner a los novatos en su lugar y echarse algunas risas por medio de sus reacciones, pero a medida que iba trabajando y aprendiendo más y más, se dio cuenta de que, a pesar de tener como objetivo asustar a los nuevos, muchas de esas historias eran reales. Existían informes y fotografías para probarlo.

Y Chester había visto los que correspondían a el hombre que llevaban en su patrulla.

Su mente le trajo a flote las memorias de aquellas imágenes, el resultado de los 'trabajos' de este hombre, y otro escalofrío le recorrió el cuerpo y lo hizo abrazarse a la vez que apartaba la vista de esos ojos helados y atemorizantes.

No había alcanzado a ver a la persona que había sido su objetivo esa noche, pero eso no le impidió sentir pena por el pobre desafortunado.

Por lo que había oído, estaba en camino al hospital, estabilizado y siendo preparado para recibir una cirugía –dentro de lo que se podía estar después de haber sido torturado de tal manera y en comparación a otras de sus víctimas, Chester decidió que estaba bien–.

Exhaló en silencio, atreviéndose a echar otra rápida mirada al victimario a través del espejo, que seguía con la mirada dura puesta en la nada. Inconscientemente, su mano se posó sobre su arma reglamentaria asegurada en el estuche de su cinturón, el tacto haciendo que una oleada de alivio lo bañara, haciéndolo relajarse como el repiqueteo de la lluvia era incapaz de conseguir.

Ya no había que temer, el hombre cuyo paradero había quitado el sueño a más de un oficial y superior en la estación estaba ahora bajo custodia policial, esposado. Una vez que alcanzaran la estación, sería encarcelado y ya sería incapaz de lastimar a nadie más.

O de acechar en sus pesadillas.

Se acomodó mejor en el asiento, volviendo su mirada a las zigzagueantes formas que tomaban las gotas de lluvia al resbalar por el cristal, ocupando su mente con pensamientos más agradables que un asesino, como su novia, a la que debería llamar una vez que terminara su turno. Ella temía por el trabajo que él realizaba, sobretodo cuando su turno era por las noches, noches como estas, que implicaban encuentros con asesinos y balaceras.

Bajo La TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora