Me despierto a medio de la noche producto de un ruido que proviene desde fuera de la habitación, me doy la vuelta y me sorprendo al no ver a Alice a mi lado e inmediatamente me preocupo. Me levanto despacio y me dirijo a la puerta la cual abro en silencio, recorro el pasillo y me asomo por la esquina para empezar a escuchar diálogos.
-Si, en Campbell- escuché la voz de Alice. -apartamento 133- volvió a decir -¿En 2 días? Perfecto, esta bien, gracias Rodd- la escuché colgar el teléfono y crucé la esquina hasta la cocina para sorprenderla.
-¿Se puede saber que hablabas y con quien a estas horas de la noche?- le pregunte a Alice la cual se asustó al verme.
-No es la gran cosa, solo le pedía a Rodd que me enviara los documentos que necesito para la escuela- respondió, me pasó por un lado y recorrió todo el camino hasta nuestra habitación.
-¿Y porque el misterio de hacerlo tan tarde?- le pregunté mientras la seguía. Ella no me respondió, solo se acostó en la cama y volvió a dormir. Me preocupa que no me haya respondidio, pero yo mismo lo escuché, sin embargo no puedo dejar de desconfiar. Luego de unos 15 minutos decidí olvidar el asunto y volver a recuperar el sueño.
Los fuertes rayos del sol iluminan el cuarto en la mañana cuando me despierto, volteo la mirada y encuentro a Alice aun dormida así que con cuidado me levanto de la cama y me dirijo hacia la puerta, apenas la abro entra un olor a tocino y huevos que inmediatamente despierta a Alice.
-¡Tocino!- exclamó apenas se sentó en la cama, rapidamente se levantó y corrió hacia la cocina pasando por mi lado como si no estuviera ahí, no pude evitar sonreír al darme cuenta de lo feliz que puede ser una niña disfrutando de los pequeños detalles de la vida. Salí por la puerta y caminé hasta la cocina para encontrame con Trent cocinando unos panqueques con tocino y huevos revueltos.
-Buenos Días- dijo el, de verdad me he dado cuenta que ha querido remediar lo que me hizo, a veces considero perdonarlo pero lo dejaré que sufra un poco más, es divertido.
-Buenos Días- decido responder, le doy un beso a Alice en la frente y paso hasta detrás del mostrador hacia donde esta Trent. -¿Necesitas ayuda?- le pregunto mientras saco 3 platos que estaban sobre una alacena.
-Solo pon la mesa mientra yo termino- me mostro una sonrisa y yo asentí, coloqué los platos en la mesa al igual que los cubiertos y vasos.
-¿De donde sacaste todo esto?- le pregunto haciendo enfasis a la comida.
-Fui a comprar hace un rato, hay un super justo al lado- reponde dandole la vuelta al ultimo panqueque. -Pasame los platos por favor- inmediatamente le paso todos los platos y el sirve los panqueques, el tocino y los huevos en cada uno. Los coloco nuevamente en la mesa y los tres nos sentamos a comer. El desayuno es muy callado, solo se puede oir el sonido de los cubiertos contra los platos y cada quien concentrado en su comida. Al terminar nos levantamos y Alice nos ayuda a recoger, lavar y guardar. Después de haber terminado, nos sentamos en el sofá en un silencio que llegaba a ser incómodo.
-Lo siento- dice Trent, en tono bajo y Alice y yo volteamos a vrelo esperando por algo mas que tenga que decir. -Se que estuvo mal mi étodo de ayudarte y solo quería que supieras que en verdad lo lamento- el baja su mirada y yo sonrío, ya era hora, creo que lo torturé lo suficiente.
-Esta bien viejo, no hay que preocuparnos ahora por eso- el levantó su mirada y me sonrió, me conviene mas tenerlo de mi lado que en mi contra -Lo que me recuerda que Alice, tu tienes todavía que explicarme ¿Porque el misterio con la llamada en la madrugada?-Alice se tensa un poco, sabía que era más que unos simples documentos.
-Ya te lo dije Zac, solo pediá que me mandaran las cosas para la escuela- respondió con confianza, casi no pude notar que estaba mintiendo.
-¿Eso es todo? ¿Segura?- la miré enarcando una ceja. Ella asiente lentamente y yo no dejo de mirarla.
-¿No me crees?- me vió de manera intimidante directamente a los ojos, abrí la boca para responder cunado sonó el timbre. Veo extrañado tanto a Trent como a Alice y sin dudarlo me acerco a la puerta y y apenas la abro sieneto un escalofrío para luego encontrarme con un hombre bastante anciano sostenido en un bastón y con un elegante traje gris puesto.
-Buenos Días, mi nombre es Derek Harrison, su vecino del 132 y solo pasaba a darle la bienvenida la edificio- dice el hombre presentandose con una notablemente falsa sonrisa.
-Oh, claro, pase adelante- respondí con cortesía y me hice a un lado para que el hombre se hiciera paso. No era la persona que más confianza me causara pero si queremos tratar de ser personas normales debemos convivir con los vecinos. -Mi nombre es Zachary, ella es mi hermana Alice y mi compañero de piso Trent- el hombre hizo un gesto amigable y paso al mesón para sentarse en una banca. -¿Le ofrezco un café?- le pregunté.
-No, un poco de agua estaría bien- el señor Harrison me dedicó una sonrisa mientras jugaba con el individual que se encontraba colocado sobre el mesón. -¿De donde son?- preguntó inmediatamente me intimidé con la pregunta ya que no sabia que responder, nunca supe de donde soy exactamente sin embargo recuerdo que mi orfanato quedaba en Boston así que supongo que ahí nací. Iba a responder pero Alice lo hizo por mi.-Venimos de West Chester, Pensilvania- respondió mientras se levantaba del sofa en el que la había dejado sentada y pasa a colocarse del otro lado del mesón conmigo.
-Interesante, ¿Y porque decidieron mudarse?- volvió a preguntar el señor para luego darle un sorbo al vaso de agua que le había servido.
-Nos mudamos por la escuela- es lo primero que se me ocurre que la verdad no tiene mucho de mentira, el señor asiente y toma otro sorbo.
-Creo que ya debería irme- dice levantándose del banco -Fue un gusto conocerlos- nos dedica una sonrisa y sale por la puerta.
-Zac- dice Trent, yo me acerco a el y le presto atención -Tengo que hablar contigo en privado- lo mire extrañado pero de todos modos acepte. Caminamos a través del pasillo y entramos a su habitación.
-¿Que sucede?- pregunté confundido, el se sentó en su cama y suspiro.
-Ese hombre, no es de confiar, no le vuelvas a hablar o tratar- dijo, podía notar el temor en su voz.
-¿Porque? ¿Que tiene?
-El no es humano, pero tampoco es como tu o yo, todo lo contrario, el es un Necrom y uno muy poderoso- me vio a los ojos y sentí que pude ver a tráves de ellos y sentir el miedo que el sentía.
-¿Cómo puedes saberlo?- le pregunté, necesitaba poder creer que era verdad.
-No me digas que no lo sentiste, algo como si te respiraran en el cuello y se te ponen todos los pelos de punta- respondió y aunque admito que si sentí algo parecido cuando lo vi y me dio muy mala espina no creo que sea una buena razón para asumir que es un Necrom.
-Puede que lo haya sentido, pero ¿eso que significa?
-Significa que estas agudizando tus poderes y tus habilidades de guía- me responde dibujando una sonrisa en su cara.
NOTA DE AUTORA:
Hey, disculpen por la tardanza pero aquí tienen el nuevo capítulo espero que les guste. En verdad quiero convertir esto en un compromiso mas que en un hobbie por lo tanto me estableceré un horario, y desde hoy subiré capítulos todos los viernes.
Si tarde en subir este fue porque en verdad no me sentía para escribir, tuve muchas distracciones entre la escuela y mi familia.
Pero en fin, voten y comenten
Me despido, hasta el siguiente capítulo
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Mi poder, mi soledad
Ficção AdolescenteZac es un chico que ha vivido su vida entera atormentado por un oscura secreto que lo ha llevado a vagar sin rumbo por los solitarios caminos de algún lugar remoto en Estados Unidos. Pero su vida escondiéndose de la humanidad cambiará con la llegad...