Capítulo 9: Regalo Sorpresa

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Mis costillas ardían, mi pierna punzaba al igual que mis caderas y mi cabeza dolía, poco a poco siento la luz entrar por mi ojos, una luz brillante y fuerte. Destapo mis párpados con lentitud y delicadeza, y veo que me encuentro en otro lugar, un lugar frío y brillante, un hospital.

Trato de recordar lo que pasó pero me es imposible hacerlo, ignoro el pensamiento que me dice que esto es un sueño ya que noto todo muy real, volteo mi mirada y a mi lado se encuentra Alice sentada en una silla y con la cabeza recostada en mi cama. Me le quedo viendo unos segundos y admiro su belleza y ternura. La veo moverse un poco mientras con suavidad levanta su cabeza y frota sus ojos con las manos.

-¿Z-Zac?- dijo entre bostezos, viéndome abrir los ojos. -¡Zac!- exclamó mas emocionada abrazándome con fuerza. -Creí que no volverías a despertar y que te iba a perder y que iba a estar sola y yo no quiero estar sola, te quiero mucho Zachary- dijo aun abrazándome entre lágrimas, yo también la quería y mucho, me sentiría muy mal si por mi culpa ella queda sola, no quiero que sea como yo.

-Yo también te quiero pequeña- le respondí sonriendo tiernamente y devolviéndole el abrazo. -Y nunca te dejaré sola, lo prometo- al escuchar esto ella se separó un poco para verme a los ojos.

-¿Seguro?- me preguntó secándose las lagrimas.

-Seguro- respondí y le di un beso en la frente. -Ahora, si pudieras responder a mi pregunta ¿Que me pasó?

-Pues, un hombre malo entró a una tienda y amenazó a unas personas, tu me sacaste de allí y me escondiste en un callejón, pero volviste para ayudar, esperé unas 2 horas pero no volviste así que fui a buscarte y te encontré en el piso, sangrando, golpeado e inconsciente, llamé una ambulancia y vinieron por ti. Tienes unos moretones, rasguños y quemaduras. Nada de que preocuparse- respondió tomando mi mano y acariciándola.

-¿Quemaduras?- pregunté extrañado, no se me hacía familiar algún tipo de fuego o calor, no debería tener quemaduras.

-Si, en el pecho, el muslo y la cara ¿Porque?- me miró fijo y se sentó a mi lado en la cama.

-Es que no recuerdo que me atan quemado o algo por el estilo- le respondí rodeándola con mi brazo para que se acurrucara con mi brazo.

-A lo mejor solo no lo recuerdas porque quedaste inconsciente.

-Tienes razón, tal vez es eso.

Tenía un presentimiento de que no era así, pero no pensé en discutir mas ya que no tenía sentido así que solo me recosté nuevamente en la cama de hospital a pensar un poco, a los pocos minutos Alice ya se encontraba dormida, supongo que estuvo la noche despierta por mi culpa así que la deje dormir. Luego de una hora, mi doctor entra en la habitación, yo me siento con delicadeza para no despertar a Alice y respiro profundo para escuchar lo peor.

-¿Zachary James?- preguntó, para asegurarse de que sea yo, asentí y lo seguí viendo. -Buenas, soy el Dr. Robert- dijo extendiendo su mano la cual estreché. -Solo quería informarle que ya tiene de alta, y no sufrió mucho daño, solo le daremos una prescripción de analgésicos para el dolor que puede retirar en recepción antes de irse- me informó sonriendo.

-De acuerdo Doc, gracias- le devolví la sonrisa y el se retiró de la habitación, yo me levanté con cuidado de la cama y recosté a Alice en ella para ir por mi ropa, ya que me encontraba en bata de hospital. Entré al baño y me dispuse a cambiarme. Empecé quitándome la bata y poniéndome la ropa interior, luego mi franela y pantalón, noté que las habían lavado lo cual me pareció un buen detalle ya que yo no acostumbro hacerlo a menos que encuentre un río o lago. Lo cual no pasa tan seguido. Lavé mi cara en el lavamanos y cepillé mis dientes con el cepillo desechable. Luego de eso salí.

Me encontré con una Alice ya despierta y activa, lista para irse y seguir haciendo nada conmigo. Para vagar a ningún lugar y para al mismo tiempo escapar. Escapar de un mundo que no nos quiere ni necesita con el, un mundo que estaría mejor sin nosotros pero nosotros no lo estaríamos sin el.

-¿Listo para irnos?- la escuché decir sonriendo, estaba mas emocionada de lo normal. -Tengo una sorpresa para ti- he ahí la explicación.

-¿Una sorpresa? ¿Que tramas pequeña?- le pregunté, tal vez podría ser algo bueno sin embargo hay posibilidades de que no lo sea.

-Si, por tu cumpleaños, ya que tuviste que pasarlo en un hospital y no hicimos lo que teníamos planeado- me miró con ojos de arrepentimiento, como si fuera su culpa.

-Alice... Si tenías que hacerlo- le dije sonriendo y abrazando, ella me tomo de la mano y me sacó allí,caminamos por el pasillo y pasamos por recepción para recoger mis pastillas. La señora del mostrador me dijo que me la deberá tomar cada vez que me despierte por dos semanas. Alice me siguió guiando hasta la salida bastante emocionada, hasta que llegamos y ella se detiene.

-Cierra los ojos- me ordena y yo obedezco. -Ahora, quédate quieto y espera aquí- nuevamente ordenó, yo asentí y sentí pasos alejándose, supongo que eran suyos. Me quedé inmóvil esperando por Alice que tardo unos 40 segundos en aparecer, la escuché acercarse y me preparé para lo que sea que tenga allí. -Abre los ojos- me dijo suavemente, yo la obedecí y lo hice, vi a Alice sonriendo en frente de mi y tanto a su derecha como a su izquierda tenía una bicicleta, la de la derecha era negra, mas grande y podía ver muy bonita. Mientras que la de la izquierda era rosada, mas pequeña y tenía una canasta al frente. -¡Sorpresa!- exclamó ella emocionada y esperó a ver mi reacción.

-¡Alice! ¿Cómo las conseguiste? Esto es fantástico, tu eres fantástica, es justo lo que necesitábamos... Wow...- le respondí, estaba emocionado pero no tenía palabras en verdad, así que solo la abracé con mucha fuerza. -Gracias- susurré en su oído sin soltarla, la solté y la vi a los ojos -En verdad, Gracias-

-De nada hermanito, te lo debo por todos esos días en los que has pasado hambre por dejarme a mi comer, en los no has dormido para que yo si lo haga bien, me has cargado porque me sentía cansada... Y muchas cosas mas, en especial te la debo por salvarme de ese monstruo que una vez llamé padre- mientras hablaba su voz se cortaba poco a poco y sentía sus lagrimas bajando por sus mejillas con lentitud.

-No pienses así pequeña, tu me enseñaste a no estar solo, a amar a alguien, a preocuparse por alguien y velar siempre por su bienestar, y por eso yo estaré eternamente agradecido- le respondí secando su lagrimas y ofreciendole una reconfortante sonrisa.

-Zac, ¿prometes nunca jamás en la vida dejarme?- formó un puchero con sus labios y me vió a los ojos.

-Jamás en la vida pequeña.

NOTA DE AUTORA:

Otro capítulo más, se que tardé un poco en este, pero es que recién empezé clases y mientras me acostumbraba de nuevo al horario y me tenía que dormir temprano y blah blah blah...

Este capítulo fue demasido tierno ¿ok? A veces me quiero matar por escribir cosas así. Is very very very adorable.

En multimedia encontraran el trailer del libro (hecho por mi) no se quejen si quedó feo, es el primero que hago. Denle mucho amor.

En fin, voten y comenten, los amoooo.

Me despido hasta el próximo capítulo.

Mi poder, mi soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora