Capítulo 9

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Narra Zee:

No sé qué me pasó, pero necesitaba besar los hermosos labios de Saint, me está volviendo loco, su textura, su sabor y la forma en que me corresponde. Hasta que él rompió nuestro beso, pensé que se había enojado, pero salió corriendo al baño para vomitar.

Ahora que lo pienso, sus labios tenían sabor a alcohol, y aún así, se convirtieron en lo mejor que he probado en toda mi vida. Pero, hice mal, no puedo abusar así de él, así que agarré una toalla y ropa extra que metí en caso de emergencia, luego se la entregué para que se duchara.

- ¡Son las 2 de la madrugada! ¿Por qué debo ducharme?

- Porque hueles muy mal y no te quedarás aquí si no te duchas...

- No quiero ducharme, mejor me voy a mi cabaña... - Tocaron la puerta y le cubrí la boca a Saint.

- ¡¿Quién es?! - No deben descubrir a Saint conmigo.

- Profesor Zee, soy el Director; estamos buscando a Saint Suppapong. - Tendré que decir una verdad a medias.

- ¡Métete a la ducha! - Le susurré a Saint. - ¡Ya voy!

Cerré la puerta del baño para darle privacidad, cuando ya estaba seguro de que se estaba duchando, fui a abrir la puerta principal. Para mi sorpresa, el Director no venía solo, a su lado estaban Mike y Joss, inteligentemente, ya tenían una solución para la incómoda situación.

- Profe, ya le explicamos al Director que Saint se golpeó con la puerta y usted lo trajo aquí para poder curarlo. - Dijo Mike.

- ¡Así es! Fue un golpe muy fuerte, por ahora, le pedí que tomara una ducha, para disminuir el dolor, cuando se sienta mejor, personalmente lo llevaré a su cabaña.

- Profesor, me parece que si el golpe es muy fuerte, es mejor que se quede aquí, podría ser perjudicial que ande paseando por las cabañas; solo le pediré que me deje verlo.

- ¡Claro que sí! En un momento sale de la ducha; pase por favor.

Entraron los tres, nos sentamos en los pequeños sofás y esperamos alrededor de diez minutos a que Saint saliera de la ducha. Cuando abrió la puerta, noté que no se puso la ropa que le di, venía con una de mis camisas de vestir y en ropa interior.

- Buenas noches Director, disculpe por la ropa, es todo lo que me pudo prestar el profesor Zee.

- ¡Mentiroso! - Dije entre dientes, y aguantándome las ganas de ir a comérmelo.

- ¡Uy, ese golpe se ve doloroso! Le traje medicamentos de la enfermería.

- Sí, duele más de lo que parece, y le agradezco por la medicina.

- Depende de cómo amanezca, considere si puede asistir a las actividades; por ahora, quédese en esta cabaña, les doy mi autorización.

- ¿Quedarme aquí? ¡Puedo volver a la cabaña con Mike y Joss!

- ¡No Director! Es muy peligroso, puede golpearse de nuevo con la puerta. - Dijo Joss.

- ¡Quédese aquí! Además, ese ojo amanecerá más inflamado, es necesario que un adulto esté al pendiente.

- ¡Está bien! Me quedaré, pero, ¿Podrían traer mis cosas por favor?

Entonces los chicos aceptaron traer sus cosas pero hasta en la tarde, y con la resaca que tendrán en la mañana, me imagino que no desearán levantarse. El Director se los llevó a su habitación, dejándome de nuevo solo con Saint y me parece que eso es peligroso.

Narra Saint:

Mientras el profesor Zee abrió la puerta, yo me salí de la ducha para cambiar la ropa, lo que no imaginé, es que estarían todos adentro. Aún así, me sentí muy orgulloso, cuando los ojos de mi exquisito profe se iluminaron llenos de lujuria y deseo.

Pero, cuando todos se fueron, no me dijo nada, solamente me dejó dormir en la cama y él se fue al sofá, con una de las almohadas. Por la mañana, la resaca, el dolor del golpe, el moretón y la inflamación, provocaban una incomodidad muy fuerte, así que no fui a las actividades.

Los chicos llegaron con Mild por la tarde para llevar mis cosas, lo único que me hacía sentir mal, es que no vi a mi profesor en toda la mañana. Porque cuando desperté, él ya no estaba, Mike y Joss me dijeron que anduvo extraño, que no quiso hablar con nadie, en ese momento, entró en la cabaña.

- Hola profe, solo pasamos a dejarle sus cosas a Saint. - Todos se levantaron.

- ¡No se vayan! Siéntense, que debemos hablar.

- ¿Nos regañará por lo de anoche otra vez? - Me miró con cara de pocos amigos.

- Solo quiero que piensen en lo que sucedió... Muchas cosas pudieron haberse evitado.

- ¿Y qué cosas quiso evitar profe? - Espero que no sea nuestro beso.

- Empecémoslos por tu rostro Saint, ¿cómo voy a explicarle a tu mamá ese golpe?

- ¡No se equivoque conmigo! ¡Ya no soy un niño, así que puedo dar mis propias explicaciones!

- ¡Yo debía cuidarte! - Olvidamos que no estábamos solos.

- ¡Pues no necesito su ayuda! ¡Puedo cuidarme solo! - Mild intervino.

- ¡Wow! ¡Cuánta tensión! ¿Qué pasa aquí? - Insinuando que lo sabía.

- Pasa, que el honorable profesor Zee, me ve como un niño, su estudiante, o su hermano a quién debe proteger... - Dije con ira, antes de irme a la habitación y azotar la puerta.

A pesar de todo, él terminó de hablar con los demás, podía escucharlos, comencé a pensar, en que puede que todo esto esté mal. Porque ahora que sé que le gusto, quiero que me trate diferente, pero eso no puede ser, y la razón, es que sigo siendo su estudiante.

No pude salir de la habitación, si lo veía, iba a desear otro beso, que me dijera que me ama y no sé hasta qué punto podría detenerme. Eso considerando, si quiero poner un alto; al día siguiente tampoco fui a las actividades y ya que era último día, guardé todas mis cosas.

A mediodía tocaron la puerta, salí corriendo a abrir, esperando que él quisiera hablar conmigo sobre todo lo que ha pasado en este campamento. Pero, cuando llegué, ya iba saliendo de la cabaña, en el suelo había un almuerzo completo y una nota que decía:

- «Lo siento, debes comer algo, no quiero que te enfermes».

Rompí esa nota en pedazos pequeños, pensé que quería hablar y aclarar lo que nos está sucediendo, pero prefiere huir. Sin embargo, no me enojé con la comida, después de almorzar, me salí al sofá, esperando a que el profesor nos reuniera para ir al autobús.

- ¿Tanto te disgustó que te dejara una nota? - Dejé los pedazos en el piso y fue lo primero que vio.

- Nada de eso, solamente me puse a pensar que si quiere dejarle notas a su "hermano", al menos espere a regresar a su casa.

- ¿Por qué me tratas así Saint? ¿Qué hice mal? - Sus ojos se pusieron llorosos.

- Solo le aclaro, que esa noche yo estaba borracho, pero que no padezco de amnesia, recuerdo todo lo qué pasó, aunque usted quiera fingir que no, o tal vez solo quiere sentirse mejor.

Al decir esas palabras con gran incapie, fui a la habitación, fingiendo que había olvidado empacar algunas cosas, pero solo quería que me siguiera. Pensé que no lo haría, sin embargo entró casi al mismo tiempo, se acercó a mí y me dio un abrazo tierno.

- No eres mi hermano, no quiero que lo seas. Desearía que no fueras mi estudiante.

- Profesor Zee... - Sollocé.

- Quiero amarte con locura y no quiero que nadie se interponga entre nosotros. - Correspondí su abrazo.

- Yo... Yo... - No podía formar una estúpida oración.

- ¿Eso es lo qué querías saber?

Se aleja un poco para besarme sin piedad, me lleva hasta la cama, donde el beso se puso más intenso y lo que más me encantó, fue cuando sus labios tocaron mi cuello...

My Secret RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora