Capítulo 38

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Sentarse a la mesa del comedor escolar fue raro al principio. Daniel en una esquina, yo en otra. Ese fue el único gesto que mostró para decir que algo era diferente, porque continuó hablando con los demás, a veces intentándolo conmigo, como si nada hubiese pasado.

Me gustaría decir que podía seguirle el ritmo y, aunque no éramos novios, disfrutar siendo amigos. Pero la forma en la que todo se había acabado, en cómo parecía un chiste que hubiese jugado conmigo, no me permitía perdonarlo con tanta facilidad.

Había tenido unas cuantas semanas para masticar la ruptura, que al principio me pilló de sopetón. Si a Daniel le había costado tan poco dejarme de lado porque se iba de gira, intuía que Jess había tenido razón cuando me advirtió sobre él, y que yo solo fui una más.

Cass se sentaba a mi lado todos los días, dándome apoyo moral. Le había pedido que no lo tratara diferente, porque al principio la situación fue extraña para todos. Yo lo hacía, porque mi corazón dolía y era incapaz de disimular tan bien, pero ella no tenía por qué. Daniel fue su amigo antes que yo, y lo que había sucedido quedaba entre nosotros solamente.

Fuera de ser un cabrón, no era mala persona.

—¿Te das cuenta de que esta es nuestra última semana comiendo todos juntos? —Dijo de pronto Ashley.

Parecía realmente apenada, y Logan y Jessica asintieron, también cambiando el gesto, mientras Cassie se volvía hacia mí para compartir una mirada cómplice. Lo decía porque Olvido 5 comenzaría su gira la semana siguiente, antes de que las clases terminaran, de hecho. Y Daniel se iría.

—Deberíamos hacer algo para despedirte —añadió Logan—. ¿Una fiesta en casa?

Sabía que no lo decían con intención de hacerme daño. Él era su amigo, y se iría un mes antes. Después del verano, todos nos iríamos también, a la universidad y, ¿cuándo podríamos volver a coincidir?

Pero seguía doliendo. En aquellos momentos no tenía ganas de celebrar nada.

—No tengo muchas ganas de fiestas, la verdad —comentó Daniel, y pinchó una patata frita de su plato.

Tragué saliva y aparté los ojos de él antes de que se diera cuenta. Ni siquiera yo misma me había percatado de que estaba observándolo.

—¿Y una cena? Todos juntos —propuso Ashley—. Podríamos ir a por pizzas.

Dejé el sándwich a medio comer en el plato, notando un nudo en el estómago. La pizzería, donde Daniel me había llevado después de limpiar la casa aquel día tras la fiesta.

¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?

—De verdad, chicos, no hace falta —continuó él—. Podemos decirnos adiós el viernes y ya está.

¿El viernes? Pero, ¿no se iba el lunes?

Ante esa nueva información giré el rostro con demasiada rapidez hacia él, y nuestros ojos se encontraron.

—¿Te vas el viernes? —Pregunté.

Las palabras salieron solas.

Él asintió y mis cejas se alzaron. ¿Por qué no había dicho nada antes? A mi lado, Cassie y Jessica también se quejaron. Ninguno lo sabíamos.

—Decidimos adelantar la fecha dos días para no ir a la carrera —dijo, pero sus ojos estaban fijos solamente en los míos, como si fuese la única a la que le debiese una explicación—. Lamento no haber avisado antes.

Tragué saliva y me obligué a apartar la mirada. Mientras los demás seguían protestando di un pequeño mordisco al sándwich que me costó tragar y abrí la boca para decir:

Hazme Olvidar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora