Capítulo 12

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Daniel no mencionó nada, pero tampoco volvió a intentar meterse conmigo en los días siguientes. Desapareció durante el fin de semana por las tardes, comentándome que iba a ensayar con la banda.

Logan, por otro lado, tampoco mostró señales de vida. Me escribió un mensaje diciendo que lo había pasado bien, pero cuando yo no contesté, no insistió más. En realidad, era mi culpa. Pensé que debería contestar con un "yo también", pero... sería mentira. Y no quería crearle más falsas esperanzas. No después de lo que Daniel me había hecho sentir.

Y tampoco quería hacerle año. Quizás el silencio fuese suficiente señal.

Tampoco supe mucho de Gabriel o Cristina durante el fin de semana, hasta que al llegar la noche del lunes me comentaron sobre su aniversario. Lo hicieron durante una cena en la que, de alguna forma, Daniel había vuelto a escabullirse,

Se irían el fin de semana siguiente, dejándonos solos en la casa, siempre que a mí me parecía bien. Me estaban pidiendo permiso, y no entendía nada. Yo era la chica a su cargo, no ellos.

Al final les convencí de que estaba bien, que hablaría con Cassie para quedarme en su casa, y ellos se dieron por satisfechos. Especialmente cuando ella vino una tarde a casa a hacer un trabajo de Historia juntas y les convenció de que el plan era real. Todo ello, además, ya estaba planeado.

Porque Daniel había comenzado a organizar la fiesta el mismo lunes.

—¿Y quién se va a encargar de limpiar? —Le pregunté el miércoles después de cenar.

Cassie acababa de irse a su casa, y Daniel finalmente se había dignado a cenar con la familia, aunque sospechaba que también era debido a que su amiga se había quedado.

No habíamos vuelto a tener un encuentro desde el viernes, pero la tensión entre nosotros seguía existiendo, y nuestras conversaciones, de alguna forma, derivaban en coqueteos. Lo que sí habíamos hecho, sin embargo, era hablar.

Ya no me montaba en el coche en silencio mientras él llevaba el peso de la conversación. Por eso mismo sabía que, a pesar de ser miércoles, esa noche se escabulliría para practicar con la banda, al igual que el viernes. Tenían un concierto bastante más importante en una semana, en la misma discoteca. Pero era importante porque el dueño de un local bastante famoso de Los Ángeles iba a asistir y, si le gustaban, les ofrecería un bolo.

Y ahí miles de personas podrían escuchar a Olvido 5.

—Nosotros al día siguiente.

¿En serio?

—Pues espero que no destrocen demasiado —me quejé, pensando en el día horrible que me tiraría pasando la aspiradora y colocando cada cosa de nuevo en su sitio—. ¿Va a venir mucha gente?

No tenía ni idea de cómo de grande podía ser una fiesta en casa de los Black. Habían dicho que la hacían cada año, así que me temía lo peor. Especialmente cuando Daniel contestó:

—Tantos como entremos en casa.

—¿Y qué pasa si tus padres nos descubren?

Una sonrisa cómplice se instauró en sus labios. Estábamos en el pasillo del primer piso, donde solo se encontraban nuestras habitaciones y el baño que compartíamos. Sus padres todavía seguían en la cocina, tomándose una copa de vino.

Daniel dio un paso hacia mí, pero no retrocedí.

—¿Tienes miedo, preciosa?

Miedo no era exactamente la palabra, pero sí respeto. Aunque, si había una pequeña posibilidad de que me echaran de su casa, por mínima que fuera... sí, tenía miedo.

Hazme Olvidar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora