VII

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Después de la revelación del Oráculo Dante se quedó unos minutos sentado en el desván, dándole vueltas a lo que acaba de oír. Al final salió de la Casa Grande y fue a la mesa de ping-pong donde tenían las reuniones de líderes de cabañas. No le sorprendió encontrarse a todos esperándole y tampoco le sorprendió el hecho de que Tántalo no estuviese - ¿Qué vas a hacer? - le preguntó Beckendorf sin rodeos.

Lo primero que hizo fue mirar a Annabeth y Percy, intentando determinar su nivel de enfado. Las arrugas en el entrecejo del chico respondieron su pregunta, sin duda estaban muy enfadados - Iré a recuperar el Vellocino de Oro - respondió.

- Voy contigo - dijo Percy inmediatamente - Necesitas compañeros, déjame ir -

- Yo también voy - añadió Annabeth.

Dante miró a ambos chicos mientras sopesaba su respuesta - No, ya tengo pensado con quien voy a ir... -

- Pero tengo que ir yo. Fui yo el que tuvo los sueños, sé dónde está Grover y si vas a ir al mar que mejor que llevar a un hijo de Poseidón - respondió el chico.

- Ya he tomado la decisión - respondió Dante, tajantemente.

- Pues estás equivocado - repuso Percy.

Dante ya estaba empezando a enfadarse por la actitud del chico - Dime Percy, ¿por qué debería llevarte? - respondió con dureza - Porque sabes nadar mejor que yo, porque puedes respirar debajo del agua... -

- ¿Te parece poco? - murmuró Annabeth por lo bajo.

- Es verdad que el año pasado tú y Annabeth hicisteis un gran trabajo recuperando el rayo, y os estamos muy agradecidos - empezó Dante - Pero la realidad es que os falta experiencia. No te voy a llevar a una misión solo porque eres un hijo de los Tres Grandes -

Percy intento encararse con Dante pero Silena intervino antes de que empezasen con una pelea - De acuerdo, haya paz... Supongo que ya has pensado con quien irás... - dijo, mirando a Dante.

- Sí... Iré con Helena y Michael.

- ¿Michael Yew? - preguntó Annabeth.

- No, Michael a secas, un sátiro al que ayude el año pasado. Tengo pensado usarle para rastrear el vellocino al igual que lo hizo Grover. Además, con las coordenadas que ha dicho Percy podré llegar fácilmente.

- ¿Y cómo se supone que vas a navegar? No tenemos barcos capaces de aguantar ese viaje - dijo Beckendorf.

- Estoy en ello - contestó el chico. El oráculo había mencionado un buque de hierro con guerreros de hueso y la verdad era que ya tenía un par de ideas - Pues si no hay ninguna pregunta más... Tengo que hablar con Annabeth, a solas -

Dante lo dijo haciendo mucho hincapié en la palabra a solas, por lo que todos los líderes de cabaña abandonaron el lugar. Incluso Percy se fue después de volver a mirarle mal - ¿De qué quieres hablar? - preguntó la chica una vez estaban solos.

- Olvídate de ir a la misión - dijo con dureza - Te conozco y sé que quieres ir. Así que olvídalo, te vas a quedar en el campamento -

- Pero... Podemos ayudarte...

- Annabeth... Si tú vas a buscar el vellocino, Percy irá contigo. Y tú y yo sabemos lo importante que es ese chico para el futuro - dijo Dante - Cronos ha despertado, se acerca una guerra, la profecía ya ha empezado. Tenemos que asegurarnos de que Percy llegue a los dieciséis. Se lo prometiste a Quirón, lo juraste -

- Pero Dante... - murmuró la chica.

- No, nada de peros. Llevarle a esta misión sería ponerle en peligro - la interrumpió. Annabeth agachó la cabeza ante la dureza de las palabras del chico - Siento ser tan brusco, pero necesito que te quede claro -

ARES #2 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora