Voltaire

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No tuvieron oportunidad de conversar durante clases, en parte por la timidez de Adrien, en parte por la apatía de Marinette (quien no quería ilusionarse vanamente por un pequeño saludo) y principalmente porque los ejercicios de física exigían su completa atención. Cuando llegó la hora del almuerzo todos salieron disparados hacia el patio. Todos excepto ellos dos.

- ¿No vas a salir, Marinette?

Al darse cuenta de que no estaba sola, la chica respingó. Estaba perdida en sus pensamientos, recordando el casi-beso con Chat Noir.

- No. Prefiero quedarme en el salón. - Le pareció innecesario añadir que le resultaba demasiado dolorosa verse rodeada de sus antiguos amigos y ser ignorada mientras ellos conversaban y se divertían juntos.

- Bueno... Entonces supongo que me quedaré contigo. - Respondió el chico con una cálida sonrisa.

- Adrien... ¿Por qué estás haciendo esto? N-no es como si me molestara o algo así... Digo, por supuesto que no me molestas pero, ¿por qué?

- Bueno... Yo... En estos días he estado pensando en que realmente nunca te dimos la oportunidad de defenderte. Dejamos que unos minutos de audio eclipsaran todos esos años de amistad, todas las veces que has hecho algo por nosotros. Fuimos estúpidos... Yo fui un estúpido. Y sé que nada de lo que diga o haga podrá cambiar las cosas, pero aún así, quiero tratar de enmendarlo. Tal vez es un poco tarde, pero quiero escuchar lo que tengas que decir al respecto; estoy seguro de que hay alguna explicación lógica... En fin, solo espero que con eso logres perdonarme por ser un pésimo amigo, Marinette.

La peliazul no supo que responder. En parte, porque en esos meses sus habilidades sociales básicas se habían atrofiado un poco, y en parte, porque el discurso del chico la había tomado completamente por sorpresa.

- Adrien, yo...

Antes de poder continuar, Marinette de vio interrumpida por el estallido simultáneo de todas las lámparas del salón. Los gritos le dejaron saber que algo parecido estaba ocurriendo en otros lugares. Inmediatamente después, el proyector comenzó a desprender humo. Antes de que explotara, Adrien tomó a la chica de la mano y la arrastró fuera del salón. Las bombillas de los pasillos también habían estallado y aparentemente, cualquier aparato conectado a corriente eléctrica se estaba sobrecargando hasta explotar. Definitivamente eso era obra de un akuma, pensaron ambos.

- Adrien, lo siento... Debo asegurarme de que mis padres se encuentren a salvo.

La mano de Adrien aún se encontraba sujetando la de Marinette. Comenzaba a salir demasiado humo de algunos salones y las pequeñas explosiones continuaban. No quería soltarla y dejarla sola en medio de ese caos. Pero tenía que transformarse pronto para detener al responsable y sabía que la chica se encontraba en la misma situación.

- Ve con cuidado, por favor. - Le dio un ligero apretón antes de soltarla y ver cómo desaparecía por el pasillo. Al final, era su Lady; sabía cómo cuidarse por su cuenta.

*


*
*

Era más de media noche cuando Marinette entró a la panadería, e inmediatamente sus padres corrieron a abrazarla; seguían comportándose bastante fríos con ella, pero eso no significaba que no se preocuparan por su hija.

- Estábamos muy angustiados. Escuchamos las explosiones muy cerca de la escuela, pero no pudimos acercarnos por la batalla. Tratamos de llamarte pero tu teléfono estaba apagado y luego comenzaron a hablar en el noticiero sobre personas heridas o desaparecidas y después cortaron la electricidad en toda la ciudad. No sabíamos si estabas bien o te había pasado algo como a esa pobre chica de tu escuela...

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