Pretty Little Liar

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A Lila Rosi no le hizo ninguna gracia encontrar a su Adrien sentado junto a la panadera. De acuerdo, no podía decir aún que era suyo, pero estaba convencida de que solo era cuestión de tiempo. Desde que había enviado el famoso mensaje que había pulverizado la vida de Marinette, las cosas habían ido como la seda para ella; desde su nombramiento como nueva presidenta de la clase, un crecimiento exponencial en su vida social y principalmente, la atención de Adrien Agreste. Incluso habían estado en el mismo equipo de física para el proyecto final, lo que significaba que tendrían que pasar muchas horas juntos fuera de clase... Hasta que la panadera lo estropeó. El modelo debía ser sumamente estúpido para estar hablando con la chica a pesar de las cosas horribles que ella había dicho usando la voz de la panadera. Porque aunque sus mentiras en un inicio habían tenido varias lagunas que casi la hacían ser expuesta un par de veces, ahora no los culpaba por no dudar; había sido sumamente cuidadosa con su plan, esperando seis meses después de su última akumatización como Chamaleon para enviar el audio, planeando todo detalladamente en su diario, provocándose ella misma una ráfaga de pensamientos negativos tan fuerte en esa ocasión, que Hawk Moth la akumatizó a pesar de que ser altas horas de la madrugada, controlando sus pensamientos para que ni siquiera el villano sospechara de sus planes y convenciéndolo de que era mejor actuar a primera hora del día.

En un momento, los escuchó reír a ambos, como si nada hubiera pasado en esos meses, y sintió una furia tan poderosa que por un segundo, solo un segundo, dejó que este deformara sus bellas facciones, resquebrajando la máscara que por tanto tiempo llevaba construyendo. Logró recomponerse antes de que cualquiera de diera cuenta. Tomó su lugar (el que antes le había pertenecido a Marinette) junto a Alya, y se dispuso a esperar a que la clase comenzara. Estaba abstraída en sus pensamientos, hasta que la voz de Nino la trajo de regreso a la realidad.

- Hey, Adrien, no veo tu mochila. No me digas que volviste a olvidarla.

- No te preocupes, Nino, aquí la traigo. - Para confirmar sus palabras, señaló la mochila, que estaba bajo su pupitre. - Pero hoy me voy a sentar junto a Marinette.

Lila creyó escuchar a Alya y Nino protestar, pero ya no estaba prestando atención. Una mezcla de frustración, ira y miedo se apoderó de su cuerpo. Si alguien le hubiera prestado atención, hubieran creído que la chica estaba a punto de desmayarse, debido a la mortal palidez que había adquirido su rostro. Alcanzó a notar una mariposa negra desde la ventana, y comenzó a practicar algunas respiraciones para tranquilizarse; si era akumatizada en ese momento, perdería el control por completo y quedaría totalmente expuesta. La mariposa se alejó del lugar y la clase comenzó. Tuvieron aproximadamente media hora de paz, hasta que escucharon un estruendo; el akuma había encontrado otra víctima.

Aproximadamente una hora después, Ladybug y Chat Noir habían logrado neutralizar al súpervillano de turno. Estaba tan abstraída en sus pensamientos que ni siquiera había prestado atención al parloteo emocionado de Alya sobre los detalles de la pelea. El fanatismo de la pelirroja hacia la estúpida heroína de París le resultaba repulsivo; probablemente, era lo peor de toda esa farsa. Echó un vistazo rápido al fondo del salón: Marinette y Adrien estaban resolviendo juntos los ejercicios de física, y se veían bastante animados. Si esto seguía así, todos sus esfuerzos se irían a la basura. ¿De qué le servía tener a todo el salón en contra de la panadera, si el modelo era la excepción? Tenía que trabajar en un nuevo plan, no iba a permitir que eso se le escapara de las manos.

Cuando volvió a casa, su madre no estaba. El ama de llaves le avisó que había tenido que ir a Italia a último momento, por algún asunto sumamente urgente relacionado a su puesto. Pensó en como esas ausencias le dolían tanto al principio, pero ahora, iban perfectamente con sus planes. En cuanto se encerró en su cuarto, enterró la cara en su almohada para ahogar sus gritos de rabia. Incluso unas cuantas lágrimas de ira se escaparon de sus ojos. Había sido un plan perfecto.

Esa madrugada, después de ser akumatizada, había esperado algunas horas en su cama, esperando que Hawk Moth decidiera dormir; era muy tarde, y seguramente habría querido estar en sus cinco sentidos para el ataque del día siguiente. No se equivocó. No recordaba nada de esa noche, pero lo había escrito en su diario antes de el ataque. Después, se había escabullido por la ventana, y había recorrido las desiertas calles de París hasta llegar a la Panadería de los padres de Marinette.

Colarse por la ventana había sido pan comido; la muy estúpida la había dejado abierta por el calor. Se acercó sigilosamente, aunque no era necesario; la chica tenía un sueño increíblemente pesado. No podía recordar los detalles, había olvidado todo con la cura milagrosa, así que no podía saber con que hambre había tomado los labios de la chica, a pesar de que un leve beso en la mejilla habría bastado para robar su forma. Su mal sana obsesión por Marinette involucraba deseos tan oscuros, tan reprimidos, pero no tan lejanos al odio, que ni siquiera ella misma era capaz de comprender mucho menos cuando se esforzaba tanto por mantenerse cuerda. Después de eso, había vuelto a su habitación, grabado el audio, almacenado en una USB y anotado cuidadosamente en su diario cada detalle. La cura milagrosa de Ladybug no solía afectar el contenido audiovisual, y esa no fue la excepción. Después, había esperado seis largos meses, para borrar ese pequeño incidente del radar, adquirido un teléfono desechable, y enviado el audio a toda la escuela, e incluso al número de la panadería, a través de él.

Lila secó las lágrimas de su rostro, se paró frente al enorme espejo de cuerpo completo que tenía frente a su cuarto, y se observó, hasta que nuevamente sus expresiones fueron indescifrables. No iba a permitir que un pequeño contratiempo arruinara sus planes. Tal vez dejarse akumatizar nuevamente no fuera un buena opción; esta vez, sería demasiado sospechoso. Pero la panadera no podía estar completamente limpia. Si Lila tenía algo claro, era que todas las personas ocultan algo. Y ella descubriría ese algo de Marinette, y lo usaría para terminar de destrozarla.

Bien, este capítulo fue muy raro. Tenían razón; obviamente, la culpable fue Lila, ahora saben cómo lo hizo. Quise hacer esto desde su punto de vista para intentar explicar (ojo, no justificar) su forma de ser. Entre la sensación de abandono y varios tipos de celos.

Y como pueden ver, Lila está dispuesta a seguir lastimando a Marinette.

Leo sus comentarios. Un saludo.

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