En búsqueda de la verdad

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El miasma oscuro devoró la figura de Alya Césaire, dejando en su lugar a una mujer cuya vestimenta parecía inspirada en Maat, la diosa egipcia de la verdad y la justicia. Su cabello rojo ahora se encontraba recogido en trenzas, las cuales apartaba de su rostro la diadema dorada en la que sus lentes se habían convertido. Estaba ataviada en una suntuosa bata bordada con hilos de oro y bajo sus brazos se extendían unas extravagantes alas formadas por brillantes plumas azules. La nueva villana ofrecía, en toda regla, una imagen imponente.

Alya, ahora Dame de Vérité, estaba decidida a descubrir la verdad detrás de ese embrollo, para después, castigar a los culpables. Así, por fin podría estar en paz con ella misma. Y sabía muy bien por dónde comenzar: Margot Bisset, la responsable de la nota sobre Marinette, era el inicio de un hilo del que, si tiraba, la llevaría al origen de todo. Comenzaría buscándola en las oficinas de Les Potins, y si no la encontraba allí, le sacaría a alguien su dirección.

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Mientras tanto, Adrien se encontraba en la cancha de la escuela, tratando de calmarse. Tal vez, Nathalie había tenido razón al ofrecerle quedarse en casa; no soportaba la hipócrita presencia de sus compañeros. ¿Ahora, después de todos esos meses de ignorar su existencia, venían a mostrar interés en ella? Después de su pequeña confrontación con Alya, Rose se había atrevido a preguntarle por el estado de Marinette. No lo soportó, así que abandonó el salón sin que la profesora intentara detenerlo.

Mientras trataba de reacomodar sus pensamientos, un fuerte estruendo lo arrancó de su abstracción. Por inercia, buscó la fuente del ruido, identificándolo de inmediato: En una de los muros del colegio había un enorme agujero, del cual surgía una figura femenina ataviada de prendas doradas. En cuanto la vio, supo que se trataba de un akuma.

- Mierda... Lo único que faltaba... - Musitó entre dientes.

Para Plagg, lo sorprendente era que tras todo lo que había sucedido en ese par de días Hawk Moth hubiera tardado tanto en hacer acto de presencia. Pero ahora, sin Ladybug, la ciudad entera se encontraba en un enorme aprieto.

- Bien, cachorro... Tenemos trabajo que hacer. - Murmuró Plagg.

- No puedo hacer esto sin Ladybug. - Declaró Adrien. - Ella es la de los planes alocados, las ideas brillantes, la que resuelve los problemas y repara los destrozos, Plagg. Sin Ladybug, Chat Noir no sirve para nada.

Al escuchar a su portador hablar de tal forma, el pequeño kwami enfureció. Sin que el rubio se lo esperara, le soltó una bofetada.

Plagg enfureció al oírlo hablar de esa manera. Con una de sus pequeñas manitas, le propinó una sonora bofetada a su portador. El chico lo miró, indignado, pero no dijo nada al respecto.

- Escúchame bien. Vas a transformarte, irás por el Miraculous de la Catarina, te reunirás con el maestro Fú para desarrollar una estrategia y después detendrás a ese akuma para la ciudad exista cuando tu novia despierte. Después de eso, podrás lloriquear todo lo que quieras.

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Para Dame de Vérité conseguir la dirección de Margot había sido pan comido; ni siquiera había tenido que hacer uso de sus poderes pues el recepcionista de las oficinas estaba tan aterrorizado por su presencia que le entregó la información que quería de inmediato. Pero al parecer, el resto no iba a ser tan fácil.

Margot Bisset se encontraba en el suelo, tratando de recuperarse física y mentalmente del ataque que acababa de sufrir.

- Vaya... Con que de verdad no sabes quién envió las fotografías. - Murmuró la villana, más para ella misma que para su víctima. - Bien, debes de saber algo que pueda llevarme a quien esté detrás de todo esto.

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