KENNETH
Me aferro a salir de la oscuridad en la que me encuentro. Trato de abrir los ojos y regresar con las personas a las que amo, pero cada vez siento que estoy siendo arrastrado por todo esta negrura. Lucho con todas mis fuerzas porque aún no puedo morir sin pelear por mi familia que aleje hace dos años y que ya es momento de recuperar.
- ¡No puedes morirte, maldito hijo de puta! -maldice enojada Amunett. Deduzco que en estos momentos tiene sus manos hechas dos puños para evitar dejar salir su temperamento explosivo. Como me gustaría poder decirle que necesito que solo ella pueda sacarme de aquí-. ¡Tus hijos te necesitan! ¡Lucha maldito cobarde!
Puedo escuchar cómo cambia el tono de su voz. Está tratando de no romperse frente a mí. Ella me ha demostrado que de los dos, siempre fue la más fuerte. Nunca se dejó intimidar por nada ni nadie. Amunett es una emperatriz para mis ojos. Tal vez cuando nos conocimos ella trataba de huir de lo que sentía o que aun siente por mí, pero ambos luchamos para que nuestro amor fuera más fuerte que nuestras inseguridades y todo marchaba bien hasta que tuve que tomar la decisión que nos destruyó a los dos.
Las manos de Amunett tocan mi rostro y puedo sentir la suavidad con la que me acarician. Quería tocar su cara y besarla con tanta devoción por estar aquí a mi lado, pero mi cuerpo se negaba a obedecerme. Ella une sus labios con los míos y me besa con tanta ternura que creo que es producto de mi subconsciente. Deseo tanto que ese beso sea como en los típicos cuentos de princesas de que ella despierta al besar al amor de su vida, pero Amunett siempre le ha gustado salirse de los estereotipos. Ahora no es príncipe el que da el beso sino la princesa se lo da a él, pero Amunett es la emperatriz de todo mi mundo.
El beso se termina y el sonido de la puerta estrellándose contra la pared llega hasta mis oídos. Alguien más ha entrado.
- ¿Cómo sigue? -la voz preocupada de Grace suena en la silenciosa habitación.
Amunett en estos momentos debe de estar arqueando una de sus delineadas cejas rubias. Sé que ninguna de ellas se lleva bien. Amunett es el amor de mi vida y eso no lo puede cambiar Grace, pero ella es muy especial para mí porque ambos compartimos un secreto que nos hace muy unidos. Siento una atracción por Grace y por eso le propuse matrimonio. Sin embargo la llegada de Amunett ha cambiado totalmente el rumbo del juego. Lo que sucedió en la empresa solo es una advertencia clara. Amunett es la que está en la línea de fuego y si no logro salir de esto, pronto también van a ir por mis hijos.
-No. al parecer al imbécil de Kenneth le gusta estar preocupando a todo el mundo -responde Amunett.
Grace no sigue el juego de Amunett y adivino que está viéndome con tristeza.
- ¿Puedes darme unos minutos a solas con Kenneth, Amunett? Por favor -pronuncia con mucho esfuerzo. Grace baja su orgullo cuando alguien que le importa está en peligro.
-Bien.
Amunett empieza a caminar hasta la salida. Su taconeo se hace cada vez más leve y de pronto ya dejo de escucharlo. El sonido de los pasos de Grace acercándose a mi resuenan.
-Oh, Kenneth. Todo esto es nuestra culpa -solloza ella. Pobre de Grace. Nada de esto era su culpa, al contrario yo fui el que la involucro en todo este maldito desastre-. ¿Cuándo vamos a dejar de sufrir? Sabes que te quiero tanto y que siempre voy a protegerte. Sé que tú amas a la mujer que acaba de salir por esa puerta. Y que este secreto que ambos llevamos nos terminara por destruir.
Grace es la única que sabe porque he tomado las decisiones que han acabado conmigo. Estoy envuelto en la oscuridad y en el dolor constantemente. Mis demonios me atormentan cada noche y las pesadillas no dejan que concilie el sueño.
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DOMINANTE ATRACCIÓN ||AMOS OSCUROS #2||
RomansAmunett debe regresar nuevamente a New York después de haber huido cuando Kenneth le ha roto el corazón años atrás sabiendo que el secreto de haber quedado embarazada de él será descubierto. Ahora debe enfrentar a los demonios del pasado para prote...