CAPÍTULO 12. EL CÍRCULO DE LA LUJURIA Y EL PECADO

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KENNETH

Salgo de la habitación hecho una furia. Amunett ha jugado a su antojo conmigo en esta ocasión. Se fue del lugar como si nada pasó entre nosotros hace unos momentos atrás. Llevo en mis manos las alas de ángel que Amunett dejó en la habitación.

Cuando la vi llegar a la iglesia, admito que mi corazón latía con tanta fuerza que pensé que se saldría de mi pecho. Deseaba decirle lo mucho que la extraño, pero es mejor dejar las cosas en el pasado enterradas. Ella tiene novio y yo estoy comprometido con una mujer que es maravillosa.

Sonrío como estúpido al recordar a ese par de angelitos con los que Amunett se presentó en la iglesia. Cuando hice la pregunta sobre ellos, no pude evitar sentir que ellos son mis hijos desde ese instante. Conozco a Amunett y sé que la clase de mujer es. Ella no se enamora o comienza una relación a la primera. Así que al ver el gran parecido de los pequeños conmigo, descubrí que son mis hijos.

La música suena por los altavoces del club. El grito de diversión de los invitados se une al sonido de la canción Moves like Jagger de la banda Maroon 5. Camino más rápido para saber porque tanto alboroto. Cuando por fin llego al salón principal entiendo porque todos están emocionados. Domenik baila con Amunett de una manera sensual sin llegar a ser vulgar. Las manos de mi mejor amigo están sobre la cintura de su hermana moviéndola como él desea. Me asombra el verlos bailar de aquella forma. Domenik parece saber con presión los movimientos que deben hacer para impresionar a todos los presentes. Amunett se mueve como si fuera la emperadora de este reino de pecado y lujuria. Su aura de sensualidad envuelve a cada uno de los invitados y comienzan a bailar con ellos. Busco con la mirada a mi prometida y la veo platicando con Dean. Camino en su dirección para interrumpir aquello, pero una mujer toma mi mano.

- ¿Tú quién eres? Tu rostro me parece bastante conocido -dice la mujer.

Tomo su mano para librarme de su agarre.

-Puede ser que mi rostro te parece conocido por las revistas -respondo serio.

No creo que ella y yo nos conociéramos en otro lugar. A menos que... no puede ser.

-Soy la dómina Sakura -se presenta. Me estira la mano y se la estrecho con fuerza. Sus ojos siguen evaluando mi rostro y de pronto su cara se transforma. Parece que ya me ha reconocido-. Por supuesto que si te conocí antes. Chocamos en Paris hace dos años cuando estabas frente a la torre Eiffel. Me mencionaste que venias a buscar al amor de tu vida, pero que no podías recuperarla y que solo deseabas que ella fuera feliz.

Recordar ese momento me trae un amargo sabor en mi boca. Había viajado a Paris para explicar por qué destrocé el corazón de la única mujer que amo, pero aquella llamada lo cambió todo.

-Un gusto, Sakura -digo. Aquí puedo utilizar un nickname para presentarme. Pienso por instante y elijo mi nombre-. Yo soy Darkness. El Amo Darkness.

Ese nombre me hace recordar que en mi interior reina la oscuridad desde que me alejé de Amunett. Mis ojos se desvían para ver que hace ella, pero me sorprende ver como sus ojos dorados están observándome. Mi corazón comienza a latir tan de prisa que siento que se va salir de mi pecho. No aparto la mirada de ella. Una sonrisa escapa de los labios de Amunett, al parecer le divierte esta situación.

Sakura observa en la dirección que mis ojos ven y se da cuenta de todo.

-Esa mujer es Pharaoh, ¿verdad? -No puedo esconderle algo que ella sabe. Me encojo de hombros. Sakura niega con diversión y lanza un gran suspiro-. Eres un imbécil, Darkness. Pharaoh te va a patear los cojones y te hará ver tu suerte. Sin embargo también puedo notar que todavía quedan algunos sentimientos por ti en ella. La forma que te ve...

DOMINANTE ATRACCIÓN  ||AMOS OSCUROS #2||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora