DOMINANTE ATRACCIÓN ||AMOS OSCUROS #2||

CAPÍTULO 17. PSICÓPATA

AMUNETT

Una sonrisa aparece en mis labios después de escuchar las palabras de Kenneth. A ese hombre no hay quien lo detenga cuando se propone obtener lo que desea.

Por fin mis hijos conocen a su padre y lo recibieron con los brazos abiertos. El amor de un hijo es puro y sin maldad. Su inocencia me desarma y solo puedo decir que mi corazón cada vez se siente más completo con su existencia. Las madres estamos dispuesta a todo por nuestros hijos.

Camino en dirección a la salida. Necesito procesar todo lo que ha pasado esta semana. Principalmente quiero saber quién carajo nos está intentando hacer daño. Ahora fue Kenneth, pero mi instinto de madre me advierte que me están dando caza a mí y a mis gemelos.

El atardecer me da la bienvenida y lo contemplo maravillada. El azul fusionado con anaranjado mientras el sol se va ocultando por el oeste. Lanzo un largo suspiro y llevo mis manos al bolso. Mi teléfono suena con la melodía Animals de Maroon 5 y canto un poco antes de contestar.

-Grove -respondo tratando de sonar tranquila aunque mi corazón lata muy rápido. Cada vez que él me llama siento como la calma llega a mi cuerpo. Dean suelta una sonrisita ronca y me muerdo los labios-. ¿Qué desea?

- ¿En verdad quieres saber lo que deseo, pequeña? -me interroga con esa voz masculina que hace que mis bragas se mojen al instante.

Acomodo tras mi oreja uno de mis mechones grises rebeldes.

-No hace falta saber que desea esa mente tan sucia, señor Béringer -menciono coqueta.

Lo extraño mucho, pero debo dejar que también se ocupe de sus negocios. Mi corazón está dividido entre dos hombres y estoy en un gran lío. Uno me da todo lo que deseo mientras que el otro me da lo que puede ser lo mejor para mí.

-Te necesito, mi occhi carini -suspira mientras escucho que teclea en su computador. Las voces de sus socios se escuchan a través de la bocina y sonrío al ver cómo le están regañando por estar hablando conmigo en vez de prestar atención a la reunión-. Ella es más importante que sus estúpidos proyectos. No, me importa una mierda que esos hombres retiren sus ofertas. Ya vendrá alguien que valga la pena y desee invertir. Ahora largo -Dean les ordena que salgan de su oficina. En estos momentos me puedo imaginar que sus socios echan fuego por sus ojos-. ¿En qué estamos, señorita Grove?

-En que eres un maldito pervertido -me rio.

-Tu maldito pervertido, Ama -me corrige. Pongo los ojos en blanco ante su respuesta-. Deja de poner los ojos en blanco, Amunett. En verdad deseo que estuvieras aquí en Francia. Necesito tener tu cuerpo junto el mio e inhalar el dulce perfume de tu cuerpo cuando se unen en uno solo. Eres como una droga muy potente.

Enfoco la mirada en un hombre que parece esconderse entre los autos estacionados del hospital.

-Espera un momento, cariño. Creo que he visto a alguien conocido...

Camino en dirección del hombre.

- ¿A quién has visto? No te acerques a él, Amunett -me ordena, pero soy incapaz de hacerle caso. No quería que ese maldito enfermo este aquí cerca de mis hijos. Los tacones suenan por todo el estacionamiento y Dean suelta una maldición-. Maldita sea, Amunett, deja perseguir a la persona.

Hago caso omiso y sigo buscando por donde se ha metido. Juraría que he visto a Demián rondar por este lugar. Cada vez que vuelve a mi vida algo terrible esta por suceder. Rodeo el coche para ver si está detrás de él, pero cuando llego del otro lado no hay nadie.

Una mano toca mi mano y me sobresalto. Me giro para ver de quien se trata. El rostro de Iván me observa con diversión.

- ¿No eres un poco mayor para jugar a las escondidas, bruja?