"El comienzo de algo terriblemente malo"
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Isabella
Me niego a abrir los ojos, temo que si lo hago se me derritan con la luz que me brinda la habitación de huéspedes de la casa de Alisa.
Me duele la cabeza y las piernas, tengo frío y me cruje el estómago pero al mismo tiempo quiero vomitar, bebí realmente mucho. La charla con Dalia no fue buena para nada, tengo que hacer lo posible para no volver a cruzármela, pero sobre todo, evitar a toda costa que su hermano me encuentre.
No me interesa lo que tenga que saber o no, ya no me importa, no tengo complejo de masoquista como para someterme a explicaciones que no pedí ni necesito.
Me extraña sentir un olor desagradable y no recuerdo que la casa de mi amiga oliera tan mal.
« ¿Es grasa lo que huelo?»
Abro los ojos muerta de miedo, pero lo peor viene después cuando mi mente se aclara y me doy cuenta de mi estado.
Estoy sobre lo que parece una cama, envuelta en sábanas color marfil, traigo puesto una camiseta masculina negra. Caigo en cuenta de que alguien tuvo que desnudarme para ponerme esto. Comienzo a razonar, el terror y las preguntas se hacen presentes.
« ¿Tuve sexo con un desconocido? ¿Tan ebria estaba? ¿Y si se aprovechó de mí estado para obligarme a algo? ¿Y si me negué? ¿Y si me golpeó?»
No recuerdo nada, solo breves imágenes de la playa, él sonido de las olas, los truenos, unos ojos verdes mirándome y el susurro de esa voz llena de recuerdos.
Me enderezo para revisarme, no tengo ningún indicio de maltrato, no me duele nada, traigo puestas mis bragas y no hay rastro de mi vestido, ni de mis zapatos y ni de mi bolso.
Me levanto y miro a mi alrededor, parezco estar en una habitación de algún departamento barato, demasiado barato, pues pareciera estar cayéndose a pedazos, la pintura está desgastada, las baldosas del piso están descuadradas y las moscas indican que el lugar no ha sido desinfectado por años.
Me muevo hacia un espejo roto en la pared y contengo el mini infarto cuando veo el maquillaje de mis ojos chocheado por mis pómulos, mi cabello está como un nido de pájaros y mis labios están secos. Me lo ato en una coleta desordenada y trato de limpiarme los ojos como puedo.
Hago una mueca de asco al sentir el horrible olor de nuevo, camino descalzo hacia lo que aparenta ser una sucia cocina, el suelo está lleno de polvo, lo que aumenta mi asco. Dos platos de perro están en el suelo, uno con comida y otro con agua, espero que su perro o lo que sea no tenga complejo de asesino.
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Dynamite (1)
Teen Fiction"𝑬𝒙𝒑𝒍𝒐𝒕𝒂𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒖𝒊𝒓" Luego de una experiencia traumática, Isabella Magallanes regresa de su año de recuperacion a reintegrarse a su 4to año de preparatoria. Al llegar sus a...