"𝑬𝒙𝒑𝒍𝒐𝒕𝒂𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒖𝒊𝒓"
Luego de una experiencia traumática, Isabella Magallanes regresa de su año de recuperacion a reintegrarse a su 4to año de preparatoria.
Al llegar sus a...
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"Un momento único en la vida" ꧁_________________________꧂
No es necesaria su lectura, el capítulo cuenta con alto contenido sexual de una pareja homosexual, en caso de tener algún inconveniente con eso, solo sáltese el capítulo ya que no afecta a la trama.
Will
En medio de risas entramos a su casa, sé exactamente lo que pasará pero me siento listo.
Robert me besa desesperadamente quitándose la chaqueta, quiero que ocurra y quiero que sea con él.
Después de una cena romántica que organizó en un elegante restaurante nos vinimos a su casa con claras segundas intenciones
— ¿Quieres beber algo?— susurra en mis labios— ¿Vino? ¿Cerveza?
— ¿Quiere embriagarme, señor?— jugueteo con su corbata.
— Quiero que dejes de temblar.
Me toma las manos y acaricia mis brazos con suavidad erizándome la piel.
— Cerveza está bien— respondo muerto de miedo.
Asiente y se va a su cocina.
Su departamento está en el 7° piso de un edificio enorme, su decoración en bastante minimalista y tiene cuadros con temática de ajedrez, está tan limpio y ordenado, nada comparado con mi habitación en el Pozo.
Vuelve con dos cervezas destapadas y me entrega una, nos vamos a sentar a su blanco sillón y me pregunto internamente si este será el lugar donde me desflore...
— ¿Nervioso?— me pregunta Robert.
— Algo...— me río.
Ya habíamos hablado el tema del sexo, sabe que nunca lo he hecho y que me gustaría hacerlo con él, en la cena que tuvimos hace poco comentó el tema de venir acá y yo accedí.
— Puedes arrepentirte cuando quieras.
— Quiero hacerlo, es normal que esté nervioso, vas a meterme un pene por el culo, es obvio que voy a sufrir— digo de golpe y sin pensar en lo marica que se escuchó.
Se larga a reír como si fuera un chiste.
Me toma la cara entre sus manos y me besa lentamente, luego cada vez más rudo e invasivo, mete su lengua dentro de mi boca como si fuera lo más delicioso que haya probado.
Sus manos dejan de sostener mi cara para tomarme las muñecas y levantarme del sillón.
— Ven...— me ordena.
Ya ambos de pie, toma mis caderas y me voltea para dejarme el trasero contra su pelvis mientras ataca mi cuello, lo muerde, lo chupa, lo lame y lo ahorca, hace lo que quiere conmigo y dejo mi cuerpo a su total merced.
