"𝑬𝒙𝒑𝒍𝒐𝒕𝒂𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒖𝒊𝒓"
Luego de una experiencia traumática, Isabella Magallanes regresa de su año de recuperacion a reintegrarse a su 4to año de preparatoria.
Al llegar sus a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Corre del peligro o te dará duro contra el muro" ꧁_________________________꧂
Isabella
En el momento justo cuando el verde de los ojos de Marco se centró en mí, mi mente solo dijo una cosa:
¡CORRE, PERRA, ¡CORREEEEE!
Pues es lo que haré, me doy media vuelta y me voy a la salida para escapar de Marco.
Sé que me pidió que no viniera, pero quería conocer esta faceta de él y me encantó, verlo liberado, sin ataduras, en total acción y causando un temor excitante.
Pero toda esa curiosidad me llevó a correr por mi vida entre las personas que bailan y beben despreocupadamente mientras yo escapo de la probable ira de Marco.
Estoy en el pasillo que brilla en la oscuridad casi llegando al grandulón que me recibió, pero cuando está por hacer el movimiento de abrirme la puerta una voz ronca lo interrumpe.
— Abres esa puerta y te despido.
«Carajo»
Me volteo hacia él y no puede verse más sexi, ojalá tuviera una forma de sacarle una foto y enmarcarla en un cuadro al lado de mi cama.
Claro que mientras más cerca viene hacia mí, más atemorizante se ve.
No pregunta ni dice absolutamente nada cuando me toma de las piernas y me pone sobre su hombro como un saco de papas corriente.
Nunca me habían tomado así, nunca me habían faltado el respeto de esta manera.
— ¡Oye! ¡Suéltame! ¡Bájame!— le ordeno, pero no me escucha ni por si acaso.
Camina conmigo sobre él entre la gente que baila y me lleva a una sala aparte, supongo que en una oficina de reunión porque tiene una mesa y varias sillas, me baja cuando estamos adentro y cierra la puerta respirando agitado.
Respira hondo y se volea para enfrentarme.
— Creo que te dejé claro que no te quería aquí, que no quería que me vieras...— eleva la voz, nunca lo había visto tan enojado.
— Yo te dije que no podías prohibirme nada...
— ¡¿Tan difícil es escucharme?!— me grita y me alejo unos pasos.
— No es para tanto...— digo despacio.
— Si lo es, para mí lo es— espeta— ¿Qué viene ahora? ¿Decirme lo peligroso que es esto? ¿Qué hay más formas de entretenerme? ¿Qué no vas a curarme más? ¿Qué no vas a quererme más? ¿Vas a amenazarme?— se acerca tan rápido que yo retrocedo hasta la pared— Pues adivina, todo ya me lo han dicho, me han dado todas las opciones posibles para que deje de hacerlo y nada funciona...
