Capítulo 2 : Primer día

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- ¡Arriba dormilonas! - sentí la voz de Sarah para después sentir un gran peso sobre una esquina de mi cama.

Luego de unos segundos sentí que bajó de la misma y ya cuando me dispuse a seguir durmiendo como si nada escuché el sonido de las cortinas de la habitación y de un instante a otro unos fuertes rayos de sol dieron directamente a mis ojos,y aunque no los habría aún me molestaban de igual modo.

Saqué la almohada que estaba debajo de mi cabeza y la coloqué encima de esta. No estaba del todo cómoda con esta posición pero al menos todo volvía a ser oscuro de nuevo y esos malditos rayos de luz no interrumpían mi sueño.

Cuando ya estaba volviendo a caer en un profundo y armonioso sueño volví a sentir un gran peso sobre mi cama,y segundos más tarde una personita llamada Sarah comenzó a saltar encima de esta.
Siempre intentaba mantener mi compostura en todo momento y difícilmente perdía la paciencia,pero este caso ya era extremo.

- ¡¿Que carajos se supone que haces idiota?! - le grité mientras con una velocidad de Rayo quitaba la almohada de mi cabeza. En realidad me había hecho enojar.

- ¡Al fin despertaste! - gritó alegre por su hazaña y luego sacó su lengua en forma de burla.

- Yaaa Sarah que pesada... - dijo Jane desde la cama que estaba a un lado de la mía. La pobre estaba igual que yo de cansada y se veía muy mal,pero no iba a decírselo, claro.

- Jane tiene razón eres insoportable - se quejó Emily mientras restregaba sus ojos con sus manos.

- Dejen de ser tan aguafiestas y levántese de una vez - Sarah bajó de mi cama y se dirigió a la ventana de la habitación para mirar hacia afuera - aprecien esta hermosa vista - abrió sus brazos en forma de admiración - en vez de disfrutar de esto prefieren dormir como una marmota ivernando

- De la forma en la que estás hablando pareces el profesor Thomas de literatura - me burlé

Emily asintió riendo concordando conmigo.

- Am tiene razón - rió - ya pareces una señora de 50 años - rió aún más fuerte

- ¿A si? - elevó una de sus cejas exageradamente - pues ustedes parecen unas mocosas de escuela - rió

Estaba comenzando a repensar esto de dormir todas juntas,que pesado.
Me hubiera gustado que la cabaña tuviera los dormitorios divididos pero la verdad es que todas las camas se encontraban en una sola habitación y era bastante molesto. A mi en especial me gustaba dormir sola y levantarme a la hora que quisiera pero aquí durmiendo con estas locas me era imposible. Además no me gusta dormir con más personas ya que se que me veo terrible durmiendo y me da algo de vergüenza.

Me levanté de mi cama con pesar y caminé lentamente hacia el baño que se encontraba en una esquina de la habitación. Al entrar cerré la puerta y me miré en el espejo. Estaba hecha un desastre con el cabello todo lleno de nudos y mis labios súper secos acompañado por una cara de sueño terrible.

- Vaya que me veo terrible - murmuré por lo bajo

Me lavé la cara con agua fría para despertarme y luego de unos largos minutos salí de baño. Me había maquillado un poco para ocultar mi cara de sueño.

Al salir del baño vi que ninguna de las locas de mis amigas se encontraba en la habitación,ya extrañaba mi espacio personal.
Busqué en uno de los armarios del cuarto mi ropa y opté por una remera negra ajustada y un vaquero de color azul. Me quité mi pijama y cuando iba a comenzar a vestirme sentí una voz proveniente de detrás de mi.

- ¡Am! - reconocí la voz al instante,era Sarah

- ¡Pero que fastidio eres! - bufé - ¿Acaso ya no puedo ni cambiarme en paz? - volteé para verla a la cara mientras me subía mi vaquero y abrochaba el cinturón de color negro que siempre usaba debido a que este vaquero me quedaba un poquito grande.

Entre tu y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora