¿Qué sucede si una noche recibes un mensaje de un total extraño advirtiendo que un homicidio está por ocurrir? ¿Qué sucede si te digo qué, cuándo empiezas a interactuar con él, te das cuenta que cosas bastantes extrañas empiezan a sucederte?
No sabe...
Me observé en aquel lugar, como mi cuerpo se encontraba tendido bajo la hermosa capa de nieve en el césped... y manchas rojas estaban decorando aquella escena inefable.
No lo entendía.
¿Qué había pasado?
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"Hola"
Las finas ramas de aquel árbol golpeaban salvajemente la ventana de mi habitación, había sido un día bastante tranquilo cuando el clima decidió que lo mejor sería mandar una fuerte ráfaga de viento cuando empezó a anochecer. La luna latiente seguía estando en su forma completa en el oscuro cielo, una nubes ocultaban algunas partes de ella pero sin embargo seguía siendo igual de hermosa.
Empecé a cantar la estrofa de la canción que estaba sonando entre las cuatro paredes, ni siquiera me importaba si luego tendría quejas de los vecinos.
Por suerte, mi madre no se encontraba en casa ya que hoy le tocaba su turno hasta medianoche, por lo tanto no tenía problema en andar de aquí para allá gritando y cantando como una maldita lunática.
Mientras me observaba en el espejo de mi habitacion, con mi mano derecha alzando la enorme remera blanca que tenía encima para poder observar mi abdomen, en mi mente pasaron millones de imágenes las cuales hicieron formar una mueca de desagrado en mi rostro. Terminé optando por soltar la prenda para que así cayera sobre mi cintura y entonces peine un poco mi cabello pelinegro mientras trataba de despejar mi cabeza cantando las canciones que seguían sonando en la habitacion.
«Tranquilizate, Kayden. Tu cuerpo se encuentra bien en este estado», pensé.
El teléfono móvil sonó avisando que tenía una nueva notificación, lo observé, como aquel aparato blanco estaba arriba de las sábanas beige de mi cama y entonces di unas cuentas zancadas rápidas para agarrarlo. Mi cuerpo quedó boca arriba mientras desbloqueaba mi móvil emocionada.
Había empezado a hablar hace unas semanas con un chico de la preparatoria que me traía loca desde hace años. Por fin, luego de una larga espera él se había fijado en mi.
Bueno... no de esa manera, en realidad nos habíamos vuelto muy amigos. Sin embargo siempre me alegraba por cada mensaje que recibía, incluso las veces que me contaba un poco de su día. Nos llevábamos bien, podía mantener charlas con él sin que los nervios me atacaran y sobre todo, podía observarlo sin quedar como una maldita acosadora.
Total, éramos amigos. No estaba nada mal mirarlo a veces en las clases, ¿no?
Terminé soltando un suspiro cuando noté que era un mensaje de Carter avisando que tenía que contarme algo importante.
