Capítulo treinta y dos

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━ 𝜋𝜎𝑠𝜏𝑟𝛼𝜋𝑔𝜀𝑟 ━
"Ingenua"

La bala había impactado a centímetros de mi oreja.

El pequeño agujero yacía en el suelo de aquel edificio mientras un pequeño humo casi invisible hacia presencia en ese diminuto lugar.

Empecé a a sentir una especie de zumbido en mi oído derecho gracias al fuerte sonido de la bala chocando cerca de mi cabeza. Frunci el ceño sin que aquel molesto sonido dejara en paz mi oreja.

No sé cómo, pero había esquivado aquello.

No sabía cómo lo había hecho ni mucho menos como fui capaz de haber reaccionado tan rápido ante aquel movimiento. Al parecer tenía mejores reflejos de los que aparentaba.

Ash se quedó perplejo en su lugar sin poder creer lo que había pasado y antes de que pudiera tomar alguna medida para defenderme, su cuerpo terminó cayendo sobre el mío para acorrarlarme en el suelo.

Sus dos brazos rodeaban mi cuello con una fuerza que no creía que tenía encima. Su rostro se encontraba fruncido mientras sus ojos oscuros se encontraban cristalizados.

Empecé a mover mis brazos con desesperación mientras trataba inútilmente de rasguñar sus manos para que me soltara a pesar de que aquello fuera en vano y entonces fue cuando empecé a toser y mis pulmones me pedían desesperadamente respirar nuevamente.

En un acto de valentía terminé escupiendo su rostro haciendo que el peliblanco debilitara su agarre por un segundo.

—Siempre tan asquerosa.

—Pudrete —contesté furiosa.

Incliné ambas piernas como pude para así terminar impactando una de ellas en su zona baja. Ash gimió del dolor y entonces fue mi oportunidad para encajar un gancho derecho en su mejilla con todas mis fuerzas.

Su cuerpo se terminó alejando del mío y entonces me terminé colocando de pie mientras respiraba exageradamente tratando de controlar mi respiración. Mi cuello ardía gracias al dolor y mis piernas estaban débiles, por un momento tuve ganas de sentirme derrotada y soltar las lágrimas que estaba conteniendo.

Una vez que mi respiración se reguló, alcé mi vista para observar como Ash se ponía de pie a duras penas mientras se limpiaba el nuevo corte que tenía en su labio.

Su piercing ya no se encontraba allí.

Sonreí orgullosa.

—No pensé que golpearas tan bien —admitió mientras arreglaba un poco su cabello—. Ahora veremos cómo te defiendes.

De inmediato terminé separando mis piernas y mantuve ambas manos semi abiertas cerca de mi rostro mientras agachaba un poco mi cabeza.

Esta posición la había visto en demasiadas películas, esperaba que funcionara.

Además, había tomado unas cuantas clases de defensa personal con Carter. Aunque en realidad en la mayoría de las clases sólo nos encontrábamos observando cómo los demás se pateaban el trasero ya que a nosotros nos atemorizaba tener que pelear con aquellas personas.

Ash empezó a correr hacia mi con la intención de nuevamente colocarme en el suelo pero lo terminé esquivando a una velocidad bastante impresionante. Y antes de que pudiese darme cuenta el peliblanco giró su cuerpo nuevamente hacia mi dirección y empezó a darme varios golpes seguidos en mi abdomen mientras trataba de apartarlo.

No Stranger © #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora