Capítulo cuarenta y dos

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━ 𝜋𝜎𝑠𝜏𝑟𝛼𝜋𝑔𝜀𝑟 ━
"Hermanito"

Narra Alister - "D"

Cuando mis ojos dejaron de observar a Kayden supe de inmediato que esta era mi oportunidad para acabar con toda esta mierda.

Mi corazón latía demasiado rápido, ni siquiera sabía la razón de aquello. No estaba seguro si era porque me encontraba exaltado... o nervioso por dejar a mi destinada junto con personas que podrían hacerle daño.

Hice un pequeño movimiento con mi cabeza tratando de alejar esos pensamientos. No tenía que desconfiar y mucho menos subestimar a la pelinegra. Ella podría acabar con cada uno de ellos sin problema alguno.

Ella era fuerte.

Seguí corriendo a gran velocidad mientras me acercaba al cuerpo de mi hermano mayor. Había esquivado alrededor de tres máscaras que se encargaban de protegerlo ya que iba a perder demasiado tiempo en intentar matarlos a cada uno de ellos, quería ir a por mi objetivo cueste lo que cueste.

A los pocos metros los ojos azules de Nevs se cruzaron con los míos, esa mirada fría, aterradora, amenazante me miraba y frunci el ceño. No tenía que demostrar que me seguía intimidando a pesar de los años. Junté mis cejas frustrado y una sonrisa divertida apareció en el rostro del mayor.

Así era Nevs.

Desde que éramos pequeños siempre tuvo esas actitudes. Aquellas pequeñas acciones hablaban demasiado de su personalidad. Nunca le tenía miedo a nada y nunca se dejaba intimidar por nadie. Todas las situaciones que podrían complicarle la vida o sus futuros planes lo terminaba eliminando a pesar de tener que tomar medidas extremas.

Si se encontraba con alguien que podría amenazarlo, con alguien que tiene un aire de superioridad... Nevs les sonreía. Nunca lo hacía de forma amistosa, siempre movía la comisura de su labio hacia un costado y en su mirada demostraba que nadie podría ser mejor que él.

Porque él era el rey de las jerarquías.

De No Stranger.

Y nadie podría cambiar eso. Y todos lo teníamos bien en claro.

Era alguien narcisista y egocéntrico.

Y cuando mi anomalía observó esa acción en su boca, hizo que el fuerte dolor de cabeza incrementara aún más para que así las líneas de mis ojos se esparcieran hasta llegar a la altura de mis mejillas.

Cuando uno de sus guardaespaldas tuvo la intención de venir directamente hacia mi cuerpo para defender a su subordinado, el mayor le indicó con su dedo índice que se quedara plantado en su lugar.

Y entonces sonreí.

Mi cuerpo se encontraba a centímetros del suyo.

Abrí mis ojos.

Junté las cejas.

Y un golpe derecho se propinó en la mejilla de mi hermano mayor.

Ambos caímos a la nieve y mis piernas terminaron a cada costado de su cadera mientras seguía haciendo el mismo movimiento con mi brazo. Lo golpeaba una y otra vez hasta que la sangre empezaba a brotar de su nariz. Sin embargo Nevs seguía riéndose a pesar de que le hacía daño.

No Stranger © #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora