No Stranger © #1 ✔

Capítulo diecisiete

AVISO: El capítulo de hoy tratará sobre temas sensibles (+18) y contenido algo explícito no apto para para todo público, se recomienda discreción. Si eres sensible por favor no lo leas y si decides hacerlo, sé tolerante.

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"Eres tan linda"

—¿Estás seguro qué no vamos a morir o algo parecido? —pregunté preocupada mientras el peliblanco agachaba mi cabeza para que no nos descubrieran.

La respuesta que le había dicho a D, era correcta.

Y aquí estábamos, en frente de un callejón sin salida y totalmente oscuro a pesar de que era mediodía. Aquel número nos había indicado que si éramos rápidos, podíamos llegar a tiempo de evitar un posible asesinato.

Y aquí estaba, con el pecho agitado, tratando de tranquilizar mi respiración y mis manos temblando ante los nervios y confusión que sentía.

Ni siquiera había tenido tiempo de procesar lo que estaba ocurriendo, ni siquiera para poder cambiarme de ropa. Seguía con el pijama puesto ya que Ash me obligó a salir de mi habitación lo más rápido que pude una vez que teníamos la dirección en el móvil.

Detrás de un enorme bote de basura, habían alrededor de tres hombres discutiendo.

O bueno, algo parecido.

Dos de ellos se encontraban de pie, estaban vestidos totalmente de negro junto con una pequeña banda blanca en uno de los brazos de su camisa, después se escuchaba una voz sollozando y a penas podía visualizar unos pies que se escondían detrás del enorme cubículo de basura que había en ese estrecho lugar.

Al parecer estaban amenazando a alguien.

—Por favor déjenme en paz —suplicó la tercera voz—. Por favor, tengo una familia que me espera en casa. Ya les dije que no se nada.

—¿Por qué mientes? —preguntó un hombre quién tenía guantes negros en sus manos—. Te vimos espiando ese día.

—Les prometo que no sé nada —respondió mientras sollozaba.

El hombre del vendaje terminó chistando mientras observaba con total molestia a la otra persona que seguía estando tirada en el mismo suelo, acto seguido de un movimiento rápido apoyo su rodilla izquierda en el suelo mientras empezaba a propinarle varios golpes al cuerpo de la persona que estaba rogando por su vida.

—¡Deja...—un golpe— de... —otro golpe— ser... —otro más— tan mentiroso! ¡Rata inmunda! —gritó mientras se escuchaba el sonido de varios puñetazos siendo impactados en alguna parte de su cuerpo.

Ni siquiera podía observar bien que estaba ocurriendo, a esta distancia solo podía ver como las piernas de aquel hombre en el suelo se movían con cada golpe y cómo el hombre de camisa seguía haciéndole más daño.

Sentí mucha impotencia en ese mismo instante.

Formé ambos puños en mis manos con las ganas de querer ir a partirle el rostro a aquellos idiotas, ni siquiera sabía que estaba ocurriendo, pero tenía en claro en aquel momento que alguien debería darles su merecido.

Cuándo estuve a punto de ponerme en pie para ir tras ellos –a pesar de que a penas podía matar una pequeña mosca, el fuerte agarre del peliblanco a mi lado me lo impidió. Sus ojos oscuros seguían fijos en aquella escena que estábamos presenciando mientras seguía teniendo su actitud sombría y paciente, esperando cualquier impacto para saltar tras ellos.