Capítulo ocho

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"23:58 a.m"

Le empecé a seguir el paso mientras el rubio había agarrado nuevamente mi muñeca para seguirlo ya que este lugar estaba algo oscuro.

Sabía que no nos encontrábamos tan lejos de la carretera ya que mientras caminábamos se podían ver algunas luces a los lejos. Por lo cual sonreí inconscientemente, íbamos a llegar a tiempo e íbamos a desvelar que tanto misterio habían detrás de aquellos mensajes y porque D me había citado en este lugar.

El pueblo hace bastantes años atrás tenía un enorme bosque, llegaba a ocupar aproximadamente el ochenta porciento de este lugar. Con el nuevo alcalde y los nuevos arreglos, los árboles fueron talados y de aquel enorme espacio terminó quedando solo una pequeña porción.

Los arboles fueron reemplazados por vecindarios, algunos edificios y agregaron un nuevo hospital. Por lo cual ese arbolado termino siendo una pequeña decoración. Muy pocas personas pasaban por aquí ya que al ser tan pequeño no a muchos les interesaba visitarlo.

Cuando las pequeñas luces empezaron a hacerse cada vez más grandes, Carter me terminó soltando el brazo para así seguirlo por unos minutos más hasta que solo estábamos a unos metros de la carretera.

Miré la hora en mi móvil.

23:58 a.m

¡Habíamos llegado a tiempo! O eso creía.

Cuando Carter tuvo la intención de querer salir del pequeño bosque de inmediato le agarré la mano para atraerlo hacia mi. Por el momento era preferible quedarnos observando desde este lugar, un poco lejos pero no lo suficiente como para poder observar todo claramente.

Al final del bosque habían varios postes de luces colocados para poder iluminar la calle y a los pocos metros se encontraba el asfalto junto con las líneas de transito indicando que la carretera empezaba allí.

Mis ojos se desviaron a otro tipo de luces.

Aquello terminó siendo linternas que se movían por todo el lugar, por lo cual indicaba que los oficiales de policía se encontraban aquí. Terminé abriendo mis ojos sorprendida mientras trataba de no emitir ni una palabra en aquel momento para que no nos descubrieran.

Los policías empezaron a moverse hacia el otro lado de la carretera la cual no estaba tan iluminada ya que habían tres postes de luz que no funcionaban por lo cual aquella zona no se veía demasiado. Las linternas siguieron moviéndose hasta que de repente aparecieron dos oficiales forenses vestidos completamente de blanco.

Estaban de cuclillas observando algo.

Mi respiración se cortó cuando observé que entre ellos había un cuerpo tirado allí. Entre esos oficiales y forenses por unos segundos se vio iluminado una mano repleta de sangre.

Traté de entre cerrar mis ojos para ver con más detalle pero todo aquello fue en vano, a pesar de que eran pocas personas, sus enormes trajes y manos moviéndose de un lugar a otro me era imposible saber que estaba ocurriendo.

—¡Maldita sea! ¡Me voy a cagar encima! —susurró Carter al lado mío—. ¡Estamos observando un manndráp! ¿¡Para eso me trajiste!? ¡Para ver un maldito manndráp!

Maldición, había olvidado que el rubio se volvía totalmente paranoico ante situaciones que no podía resolver o que lo alternaban. Cuando se encontraba furioso o con bastante miedo aquel chico inconscientemente decía sus típicas frases en islandés por lo cual maldije a lo bajo.

—¡Carter! —susurre tratando de llamar su atención—. ¡Cálmate antes de que nos descubran!

—¡¡No me pidas que me calme!!

No Stranger © #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora