Dejar su hogar tras la perdida de uno de sus mejores amigos no fue nada fácil, así como tampoco lo fue el adaptarse al perder el sentido del oído, no poder escuchar las risas que provocaba con sus bromas junto a sus dos mejores amigos, no escuchar l...
Después de que el ministro de magia aceptará que Voldemort había vuelto y regresar todos al castillo para empacar e ir a casa, la pequeña Luna tenía su labio roto, Neville tenía su ojo morado, y Harry la experiencia de haber sido poseído por un señor sin nariz.
Ya saben cosas típicas de adolecentes, yo solo esperaba por llegar a casa y poder ver a papá, el tenía noticias que darme según su última carta, ya sentada en el expreso me encontraba viendo por la ventana, el camino sería un poco largo, mis pensamientos me llegaron de golpe, maña se cumplían ocho años de la muerte de mi madre, ella murió cuando yo tenía solo siete años y a los ocho quedé sorda, supongo que no era nuestra temporada de buena suerte, aún puedo recordar su cabello rubio y brillante como el sol, su sonrisa cálida y su voz suave pero cantarina, mi madre era hermosa.
Isobel Catherine Stevens fue una mujer hermosa y muy buena madre, la recuerdo con mucho amor, según papá tengo su sonrisa y carisma, apresar de que tenía cáncer siempre fue optimista, muy optimista siempre sonreía, papá dice que la única vez que lloro durante días fue después de la muerte de su primer amor, papá se convirtió en su pilar y gracias a ello formaron un lazo muy fuerte y poco tiempo después se hicieron novios y dos años después se casaron y después nací y crecí como cualquier niña normal hasta que mamá enfermo, papá es doctor y siempre se reprochó que nunca vio las señales de que algo anduviera mal, que jamás noto esa mancha en su espalda que años y meses atrás no estaba, todas las señales.
Siempre le recordaba que no era su culpa pero el se seguía reprochando eso, pero conformé pasaban los años ese cargo de conciencia se iba disipando.
No supe en que momento llegamos a la estación pero al hacerlo tome mi baúl y mi carrito, con la mirada busque esos hermosos ojos verdes, cuando los pude encontrar ambos sonreímos y corrí con emoción para poder abrazar a mi padre, era la persona más importante en mi vida, nos quedamos así abrazados durante un largo tiempo, cuando nos separamos gire cabeza para buscar mi carrito que había quedado abandonado cuando lo encontré pude ver a mi madrina Tonks y a mi padrino Remus, sonreí más y corrí a darles un abrazo, cuando los cuatro estuvimos juntos mi padre por fin hablo.
–Tu otra sorpresa nos espera afuera–dijo mientras atravesamos el muro que dividía ambos mundos, cuando por fin estuvimos del otro lado el busco algo entre la gente y con su dedo señaló algo, mi vista lo siguió y pude ver a Karev de brazos cruzados y con una sonrisa.
–¡ALEX!– corrí rápido y lo abrace, parecerá extraño pero teníamos una muy buena amistad y ya era parte de la familia.
Caminamos tranquilos hasta llegar a la camioneta que teníamos al llegar subimos en carrito y después subimos todos, tal parece que mi padre tenía noticias al igual que Karev, no podía esperar hasta llegar a casa.
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