La cobriza miraba a su novio con detenimiento la había invitado a ir a jugar béisbol, ella había jugado quidditch pero jamás había jugado béisbol no sabía de que trataba el juego, en una ocasión acompaño a Karev a verlo jugar pero no presto atención al juego.
—Carlisle yo juego quidditch— suspiro— No se jugar béisbol, ni siquiera se la reglas.
—Te aseguro que Emmett estará encantado en enseñarte.
La joven lo miro con una mueca, seguía frunciendo el gesto pero después dejó salir una sonrisa y suspiró con resignación.
—Esta bien, voy a ir.
—Esa es mi chica.
—Te quiero Carlisle.
—Yo también te quiero Rubí.
La paz y armonía del lugar no se podían romper estaban tan sumergidos en su burbuja que no prestaba atención a que los demás vampiros los miraban y se comunicaban con miradas cómplices, la relación había fluido con naturalidad y tranquilidad, los problemas en Londres parecían no afectar por el momento a la cobriza, las cartas habían recibido respuesta y su magia estaba intacta al igual que en todas partes, los ataques no habían llegado a Estados Unidos pero solo era cuestión de tiempo para que pasara.
Pero todo parecía en total calma por el momento, sus amigos, su familia todo marchaba bien y parecía perfecto, pero nada lo es, ella lo sabía por experiencia propia.
Cuando llegaron al campo para poder jugar ella fue de las primeras en bajar, observo todo con detenimiento, el no escuchar nada la hacía estar más atenta a todo lo que pasaba a su alrededor.
—Este campo sería perfecto para jugar quidditch— Sonrio— A Fred le encantaría, Harry también estaría encantado.
Seguía observando todo su entorno y por un solo instante sintió un pequeño malestar en el estómago, como si algo la preocupara, como sintiendo algo malo aproximarse, pero se encontraba con su novio y su familia ¿Que podía pasar?
El juego comenzó y con ello pudo confirmar que Emmett sería un excelente jugador de quidditch, golpeador sin duda alguna, Edward seguía siendo bueno en cuanto a defensa, Rosalie tenía un muy buen brazo, Jasper era rápido, Esme se dedicaba a observar para evitar faltas o trampas, Bella solo veía borrones.
—No logro divisar algo— se quejo Bella— Solo veo borrones.
—Basicamente veo lo mismo— supiro— Carlisle se ve increíblemente guapo.
—Tienes razon— le afirmó Bella.
Si conversación siguió siendo vaga por un par de minutos y de pronto el ambiente se enfrió, como si un dementor se acercara, pero no lograba verlo, el rostro preocupado de Alice la puso alerta.
—¿Que pasa?— cuestionó la cobriza.
—Ya se iban pero nos escucharon jugar— explico Alice— Vienen para acá.
—Bella sueltate el pelo— la mencionada obedeció sin rechistar.
—Es inútil puedo olerlas des de el otro lado del campo— dijo Rosalie a la vez que acomodaba su gorra sobre la cabeza de Rubí.
Carlisle le coloco su bufanda alrededor de su cuello para aminorar el aroma dulzón que desprendía la cobriza, dejo un beso en sus labios y la miró con preocupación, la cobriza saco su varita para tenerla lo más cerca posible.
Si respiración se atoraba en sus pulmones, sentía un sudor frío bajar por su frente pero trato de mantenerse en calma, de pronto una calma la invadió y su hijo favorito se posicionó junto a ella, dejándola entre Carlisle y el, de entre los árboles salieron tres figuras dos hombre y una mujer.
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The Sound Of Your Voice •{Carlisle Cullen}•
RandomDejar su hogar tras la perdida de uno de sus mejores amigos no fue nada fácil, así como tampoco lo fue el adaptarse al perder el sentido del oído, no poder escuchar las risas que provocaba con sus bromas junto a sus dos mejores amigos, no escuchar l...