El ambiente estaba tenso y una joven bruja se aferraba al brazo de su mejor amigo pera poder mantenerse firme, ella miraba al que fue su mejor amigo de la infancia, a pesar de que ya tenía días viéndolo ella seguía pensando que era ese producto de su imaginación para poder sobre llevar el duelo, gracias a él y en parte a sus abuelos ella podía ver a los Thestrals recordaba que los vio en su primer año y después de la muerte de Cédric se cuestionó que eran hasta que luna le respondió su duda.
Ella jugaba con los dedos de su amigo esperando impaciente por respuestas, pero su mente no dejaba de procesar el recuerdo de cuando lo vio tirado frente a ese laberinto, la desesperación en los ojos de el padre de su mejor amigo.
–Cuando Peter me lanzó el maleficio– comenzó a relatar con sus manos– algo paso una luz blanca hizo un tipo de barrera entre el hechizo y yo pero eso no evito que me hiriera, yo sentí que podía morir en cualquier momento y mi cuerpo se quedó inmóvil, recuerdo ver cómo el señor tenebroso resurgia de ese caldero, también vi a Harry sufrir por eso, no quiero recordar demasiado esos detalles pues son muy dolorosos, pero algo paso algunas personas o almas ayudaron a Harry, entre ellos estaba tu madre– explicó Cédric– Ella fue la que pidió que el se llevará mi cuerpo, yo siento que ella sabía que yo seguía consiente, que tenía pulso, débil pero era pulso al final de cuentas, cuando Harry logro tomar el traslador y mi cuerpo y llegamos al jardín de la escuela, te vi llorar y también a mi padre.
El joven miraba a la joven cobriza, los ojos de su amiga estaba húmedos por unas cuantas lágrimas, el recuerdo de su madre le afectaba y saber que ella ayudo a por lo menos tener un cuerpo al cuál llorarle la dejaba más tranquila, ella se estiró para poder tomar las frías manos de su amigo y pedirle que continuará.
– Después de que todos se fueran, yo pude moverme un poco, Albus se dio cuenta y su única reacción fue pedirle a Hagrid que llamará a unos amigos que habían estado de visita en su cabaña y que no tenía mucho se habían ido– siguió su relato el cobrizo– Esos amigos eran los Cullen, Carlisle y Esme, ellos no dudaron en regresar, mi padre no podía comprender como es que yo seguía vivo, Carlisle me examinó y el determinó que yo no pasaría de esa noche con cuidado me trasladaron a la casa de Hagrid y ahí Carlisle hablo con mi padre.
–Sobre tu transformación– afirmó la joven y el en respuesta asintió.
– No mentiré estaba muy asustado y cuando Carlisle me mordió lo estuve aún más, pues sentía que me estaba quemando por dentro, que todo en mi ardía y no se iba a terminar ese dolor, grité y sufrí por tres días seguidos y cuando mi corazón dejo de latir Carlisle estuvo ahí para explicarme todo– explico– Ustedes ya habían llorado mi muerte y no podía arriesgarme a qué me vieran si yo ya estaba muerto, así que me fui a vivir con el, pero cada mes voy de visita a Londres a visitar a mi padre, eso si los primeros meses fueron complicados mi auto control no era el mejor y la sangre mágica es aún más tentadora que la humana, pero es tan fuerte el cariño y amor que le tengo a mi padre que no quería dejarlo.
– Por eso te fuiste– le afirmó la joven– Te entiendo, no podías quedarte, aunque tú vida estuviera aquí, Cho sufrió mucho, incluso intento algo con Harry pero no funcionó, yo también intenté seguir pero ver tu lugar vacío y no verte me dolía.
–Lo se.
Por fin las dudas de la joven habían sido resueltas, por fin había una historia que podía comprender, no pudo evitar llorar por el simple hecho de que su mejor amigo había tenido que fingir su muerte y no poder comunicarse con ella, ahora entendía porque el padre de Cédric se había recuperado tan pronto, todo cobraba sentido, cuando las tasas de te quedaron vacías ella las tomo y camino a la cocina y las lavo rápidamente, el olor a chocolate y pólvora no se tardaron en llegar a sus fosas nasales, ella se giro y abrazo a su amigo y así se quedó un tiempo prolongado, el acariciaba su cabello y estaba ahí como un soporte para ella.
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The Sound Of Your Voice •{Carlisle Cullen}•
DiversosDejar su hogar tras la perdida de uno de sus mejores amigos no fue nada fácil, así como tampoco lo fue el adaptarse al perder el sentido del oído, no poder escuchar las risas que provocaba con sus bromas junto a sus dos mejores amigos, no escuchar l...