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Estaba terminando de escribir una de las cartas que iba a enviar, la primera que termine fue la de mi papá, le encontré sobre la idea de los chicos sobre irse del colegio y que estábamos planeando como hacer una salida triunfal, también le escribí una carta Karev, el sabía de la existencia de este mundo por cuenta propia digo es muy listo y en mis estudios sanguíneos siempre había algo extraño y pues el saco sus propias conclusiones, al final mi padre tuvo que explicarle y pedirle que no hablara sobre esto, yo como soborno por su silencio le llevaba ranas de chocolate y también le presente a los gemelos.

Por increíble que parezca se llevan de maravilla, pensar en mis seres queridos me llenaba de paz en tiempos tan caóticos, el regreso del señor cara de serpiente digo el señor tenebroso era inminente y a decir verdad si me preocupaba, después de la muerte de Cédric todo era más evidente, cuando termine de escribir cerré las cartas y con ellas en mano camine a una pequeña torre donde estaban todas las lechuzas, al ver a una hermosa Lechuza gris con plumas blancas me acerque.

-Hola Anya- saludé a mi lechuza- Necesito que entregues esto a papá y a Karev- Dije señalando ambas cartas cada una de un color diferente, papá sabría cuál es suya y cuál es de Karev, al terminar mi labor camine de regreso al Castillo, mañana serían los T.I.M.O.S  y estaba algo estresada, me causaba conflicto todo esto, estaba inmersa en mis pensamientos cuando un dolor se instaló en mi nuca mi mano se poso sobre esa zona y la masajeaba tratando de apaciguar el malestar, gire mi cabeza con mi entrecejo fruncido y mire de mala manera a Peeves

–Estúpido Poltergeist– dije en voz alta

Este se seguía riendo de su broma de mal gusto, apresar de no escucharlo podía verlo tocar su barriga como si le doliera debido a la risa, yo lo seguía viendo feo cuando a lo lejos pude divisar al Varón sanguinario.

–¡Varón sanguinario venga!–Grite, la cara de Peeves se desfiguró del pánico, giro en varias direcciones para que al final corriera contra una pared y se esfumará de una vez.

¿Otra vez Peeves?– pregunto con sus manos el fantasma de mi casa.

–Asi es– le informe– Deberías darle un susto.

Lo haré la próxima vez que lo vea– le sonreí para después alejarme y caminar a mi sala común, a mitad de camino pude ver a Fred y George.

Parecía que tenían una pequeña conversación un tanto acalorada,¿Será por el espectáculo de mañana?, Seguí caminando cuando pude ver qué George hizo mi señal característica para cuando me ven, pero ellos no me podían ver, en el lenguaje de señas para no estar deletreando todo tu nombre se hace una seña específica, como algo que te describe, así que sabía que yo estaba siendo mencionada en esa conversación.

Me acerque para poder saludarlos y preguntarles qué pasaba, cuando llegue hasta ellos el rostro de George fue de sorpresa y un poco de pánico mientras Fred se sonrojo, estaba casi tan rojo como su cabello y tenía una cara de pánico de igual manera.

¿Todo bien?– les pregunté al verlos tan raros

–¡SI!– dijeron ambos exagerando el gesto.

¿Seguros?– pregunté un poco desconfíada, Fred me abrazo por los hombros y dejo un beso en mi cabeza.

–Solo son cosas mías– me explico, mientras lo hacía dejaba besos en mi cabeza yo por comodidad lo abrace por la cintura y así me quedé durante varios minutos.

Los quiero mucho pero A veces son raros– les dije con burla en mi voz, estos me miraron indignados, yo les sonreí para posteriormente dejar un beso en la mejilla de Fred y después de separarme del abrazo hice lo mismo con George– Tengo que estudiar para el examen de mañana, los veo después– les dije mientras comenzaba a caminar, cuando ya estuve a una distancia considerable les grite– ¡LOS AMO!

The Sound Of Your Voice •{Carlisle Cullen}•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora