Capítulo 1

38 2 1
                                    

Escucho la alarma sonar, pero no le di importancia y seguí durmiendo.
Me despierto después y me dirijo al baño a cepillarme los dientes.
Bajo las escaleras y cómo todos los días, mi padre no está en casa, sólo éramos mi mascota y yo, en una enorme casa.
Hice mi desayuno y me senté en la sala a ver una película, no me quejaba de estar en casa pero ya quería entrar a la universidad.
Subo las escaleras a mi habitación y tomo un baño de media hora.

Después de vestirme con unos shorts negros, una camisa blanca y unas botas, le escribí a mi amiga chelsea para salir juntas, a lo que ella me dijo que sí.
Chelsea fue una de las primeras amigas que tuve al llegar a este país, por supuesto no sabe nada de lo que pasó tiempo atrás y no estoy dispuesta a contarle.

Salgo en mi carro en busca de chelsea, el recorrido para llegar a su casa era de 15 minutos.
Al llegar toco la bocina y ella sale.

Rosie- grita alegremente al verme y le da la vuelta al coche para abrazarme

-chelsea- digo saludándola de un beso en la Mejilla.

-sube-digo tocando el asiento del carro y ella con una sonrisa asiente y sube.

Conducí unos 20 minutos hasta llegar a un parque de diversiones, en el cual pasamos todo el día.
Al caer la noche, fuimos a comer y la llevé a su casa.

Entro a mi casa y veo a mi padre junto con 3 personas más, supuse que eran sus guardaespaldas.
Nuestra relación de padre e hija no tuvo gran cambio después de aquella noticia, al final son asuntos de él y no tengo que meterme.

-Papi- digo yendo hacia donde está, dándole un abrazo, hace mucho no lo veía.

-princesa, como has estado? - Dice devolviendome el abrazo.

-Aburrida, pero bien-respondo un poco desanimada.

Lo cuestiono con la mirada preguntando que hacían esos hombres ahí.

-Oh claro, ellos son Mark, Evan y Andrew, mis guardaespaldas-dice señalando uno a uno.

-em, mucho gusto soy Rosie-

- El gusto es nuestro-Dicen los tres a la vez, lo que me hizo sonreír ya que parecían robots programados para decirlo.

2 de los 3 guardaespaldas eran Jóvenes no pasaban de 27 años, el otro parecía un poco más viejo pero no les tomé importancia.

- Uno de ellos se quedará contigo y te acompañará de ahora en adelante a cualquier lugar, no puedo ponerte en riesgo- Dice mi padre. La idea no me enoja ya que si me he sentido insegura, pero tampoco me agrada tener a alguien conmigo a cada momento.

-uh, está bien- respondo cansada, fue un día agotador.
Después de charlar un poco y conocer mejor a los 3 guardaespaldas me dirijo a mi habitación a tomar un baño y ponerme la pijama.

Un amor peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora