Capítulo 20

17 1 0
                                    

Después de ponerle el condón, me da un giro de tal manera que de nuevo quedo debajo de él.

-Lista? - dice a lo que yo sólo asiento.

Ubica su gran miembro en mi entrada y comienza a embestirme fuertemente.
En la habitación sólo se podían escuchar nuestros gemidos y el sonido del choque de nuestros cuerpos.
Mark baja la cabeza para besarme sin dejar de penetrarme para después masajear mis pechos y succionar mis peones.

Me siento en la gloria.

- M-más rápido nena? - dice con voz ronca.

- S-sí - apenas si salen mis palabras.

Comienza a embestirme más rápido y con más fuerza, sólo podía oír nuestros gemidos.

- Voy a correrme- dice y terminamos los dos al mismo tiempo.

Suelto un suspiro, estoy muy cansada, no puedo creer que esto haya pasado hoy.

Él cae rendido a mi lado, me recuesto en su pecho sin decir palabra alguna, minutos después terminamos profundamente dormidos.

--------------------------------------------------------------

Me despierto por unos gritos en la sala, los cuales no reconocí hasta que iba llegando allí; mi padre.
Estoy jodida, corro de nuevo a la habitación y despierto a Mark para avisarle lo que estaba pasando.
Él rápidamente se levanta y se viste mientras voy a distraer a mi padre.

- Rosie! - grita de nuevo mi padre a lo cual le respondo.

- Papi - digo llegando y lo abrazo.

-Hija mía ¿cómo has estado? - dice sin soltarme de su abrazo

- Bien, te extrañé mucho- Digo abrazándolo aún más fuerte, a pesar de que siempre ha estado fuera de casa, ésta vez de verdad lo extrañé bastante.

- ¿Dónde está Mark? - pregunta mirando para todos lados.

- ehh.. Creo que se está duchando, no estoy segura, me acabo de despertar- digo alivianando la tensión.

- Vine a hacerte una visita rápida y ver como estabas, no tengo mucho tiempo, ya sabes-dice y asiento

-Entiendo - digo seria

- ¿como se ha portado Mark? ¿Si es bueno en su trabajo? - dice mirándome serio, entiendo su inseguridad, es el más joven de los guardaespaldas.

- muy bueno - suelto sin pensar mordiendome el labio.

Siento su mirada sobre mí, pero en eso suena la bocina de un carro.

-Debo irme, te amo- Dice dándome un último abrazo

- también te amo - Digo y lo veo salir.

Uff, por poco y nos descubren.

Un amor peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora