𝐂𝐡⁴.

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( 𝕹𝖆𝖈𝖍𝖙 𝖝 𝕹𝖔𝖟𝖊𝖑 )

Habían pasado algunas semanas desde esa noche de tragos, ambos hombres habían estado ocupados en sus respectivos trabajos, no habían vuelto a verse. Nacht estaba tranquilo con ello, había asumido que era cierto que el peliplateado le atraía desde el primer momento que lo vio, pero era un muchacho paciente y quería dar tiempo a que las cosas se fueran dando de manera natural. Por su parte Nozel estaba un poco más fuera de control, por varios días estuvo tratando de convencerse a sí mismo que el beso en la frente que le había dado Nacht había sido un simple sueño, el problema es que luego se la pasó preguntándose porqué había soñado tal cosa y se encontró con que realmente no le molestaba la idea de que él muchacho lo hubiera besado, de hecho le parecía algo tierno. Se encontraba demasiado confundido respecto al tema, no recordaba haberse sentido así con ninguna otra persona; ni hombre ni mujer, y no se acostumbraba al rojizo que cubría sus mejillas cuando pensaba nuevamente en esa noche, siendo cargado por ese muchacho, sintiendolo tan cerca.

Al no verse ninguno de los dos habían tenido que hacer frente a sus sentimientos, pero las circunstancias los llevarían a tener que pasar bastante tiempo juntos.

Esa mañana Julius citó a reunión de capitanes en la cual anunciaría su interés en que las órdenes se hicieran más cercanas, que no siempre estuviesen compitiendo y trabajando cada una por su lado; por lo que iniciaría un programa de intercambio de vicecapitanes por un mes. Había sacado la idea de los intercambios de caballeros con el reino del Corazón y al ver que eso mejoraba bastante las relaciones entre ambos reinos pensó que sería una buena forma de que sucediera lo mismo con las Órdenes de Caballeros y considerando que los vicecapitanes tenían más o menos el mismo nivel de poder, no sería desventajoso para ninguna orden.

— Si alguien tiene alguna sugerencia de a dónde deberían ir sus vicecapitanes puede decirlo ahora, de otro modo se hará al azar — dijo Julius invitando a sus capitanes a hablar.
— El mío debería ir a las Águilas Plateadas — gritó rápidamente Yami — en realidad no tenemos buena relación con ninguna orden, pero Nacht ha trabajado con el capitán Nozel y eso podría ser de ayuda para que las cosas vayan bien.
— Es cierto, me parece una buena idea ¿Estás de acuerdo Nozel?
— Si es parte de mi trabajo, recibiré a quién sea y me aseguraré de que todo vaya lo mejor posible — estaba haciendo un gran esfuerzo por mostrarse tranquilo, pero en su mente había un gran caos solo con pensar en tener a el azabache deambulando por su base durante todo un mes.

Se decidió que así sería y se repartieron los demás intercambios entre las órdenes restantes para dar fin a la reunión. Cuando salió de allí estaba algo alterado, pero no se permitió exteriorizarlo hasta que llegó a su casa y se encerró en su habitación. Tras quitarse el manto y lanzarse en el sofá empezó a cuestionarse como debía lidiar con la situación, podía hacer lo que había hecho hasta ahora y dejar que los asuntos de trabajo mediaran todas sus interacciones. Tras decidirlo, empezó con todos los preparativos para la llegada del muchacho a la semana siguiente y por supuesto el envío de su propio vicecapitan a otra orden.

Por su lado Nacht estaba algo sorprendido con la noticia, aunque le pareció interesante la idea, además todo lo que significara estar lejos de Yami y su desastrosa orden sonaba bien para él. Alistó sus cosas, dado que esta vez sí tendría que vivir en la orden en la que trabajaría. Se preguntaba a menudo si Nozel también viviría allí o sólo se verían durante el día, no era muy propio de él, pero se sorprendió a sí mismo algo nervioso por la incertidumbre de la situación.

Días después arribó a la Orden en horas de la tarde, cuando iba llegando había un caballero esperándolo en la entrada con quien conversó un poco mientras caminaban por la sede, le dieron un largo tour por todo el lugar y en ningún momento vio a Nozel cerca, lo dejaron en su habitación y empezó a organizar sus cosas. Se había resignado a no verlo ese día, cuando de repente escuchó que le saludaban desde su puerta.

— Buenas tardes ¿Ya se ha instalado? — decía Nozel parado de manera exageradamente firme, se veía algo tenso.
— Sí, recién ando terminando. Muchas gracias. — Le dedicó al capitán una sonrisa un poco más amplia de lo habitual.
— Qué bueno, cuando termine pase a mi oficina y me disculpo por no haber estado aquí para recibirlo personalmente.
— No hay problema, iré en un momento y no hay necesidad de que te disculpes, eres un hombre ocupado.

El peliplateado se fue sin decir nada más, le sorprendía que Nacht actuaste tan tranquilo ¿eso es normal? Definitivamente jamás podría acostumbrarse a esa sonrisa. En todo caso quería demostrarle a ese hombre que durante ese mes todo sería sumamente profesional entre ambos, no quería besos de buenas noches.

— Con permiso, voy a entrar — El pelinegro no tardó mucho en llegar.
— Por supuesto, tome asiento.
— Entonces, Capitán ¿De qué quieres hablar? — Dijo el azabache sentándose en el sofá mirando fijamente al peliplateado que parecía no poder sostenerle la mirada.
— Bueno, estará aquí como vicecapitan así que es importante que conozca bien la orden y esté al tanto del trabajo que tenemos.
— Me parece perfecto — Tomó unos documentos que Nozel le estaba entregando — Tienen todo bastante organizado, será fácil poder estudiarlo y adaptarse.
— Así es. Si tiene alguna pregunta puede hacerla.
— Podrías resumirme un poco lo que hay aquí, lo leeré por supuesto, pero me gustaría tener una versión desde el punto de vista del Capitán.
— Está bien — Nozel se sentó al lado del muchacho y empezó a relatar todo sobre la orden, los caballeros, sus principios y muchas cosas más, mientras hablaba miraba sostenidamente al frente, inconscientemente evitaba que sus ojos se encontrarán con los del otro caballero.
— Wao, eso es genial. Muchas gracias. — Dijo Nacht cuando terminó el contrario terminó su relato.
— No hay de qué — al decir esto volteó a ver al azabache y se percató de que estaba bastante cerca, este le sonreía y lo miraba fijamente, sintió como inmediatamente sus mejillas se sonrojaban y no sabía que hacer.
—¿Estás bien, Capitán? — Dijo Nacht en un tono suave acercando mucho su cara a la del peliplateado.

Este se quedó paralizado, respirando fuertemente — Sí, estoy bien — dijo en voz algo baja.

Nacht sabía que tenía el control completo de la situación, que el hombre frente a él estaba completamente indefenso y a pesar de que creía que luego podría arrepentirse de ello decidió besarlo. Sus labios se tocaron muy suavemente y al ver que el Capitán no se había separado inmediatamente uso sus manos para sujetar sus mejillas suavemente. Para Nozel fue como si se hubiese detenido el tiempo; sentía pánico hasta el instante anterior al beso, pero al sentir los labios del azabache sobre los suyos, lo único en lo que pudo pensar fue en que eran bastante dulces y podía quedarse allí un poco más.

Estrictamente Laboral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora