𝐂𝐡⁸

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𝕹𝖆𝖈𝖍𝖙 𝖝 𝕹𝖔𝖟𝖊𝖑

Ese día sería bastante ocupado para Nozel, además debido a sus sentimientos confusas del día anterior, Nozel había asignado a Nacht un montón de tareas lejos de la orden para esa semana, por lo que no podría ver al azabache ese día. Realmente no estaba muy seguro de saber lo que quería o lo que sentía, pero sí sentía cierto arrepentimiento al saber que por su impulsividad estarían separados, aunque también sintió algo de alivio pues sabía que debían comportarse como caballeros mágicos y mantener su relación en un nivel laboral.

Debía ir a una reunión con Julius ese día y aprovechó el camino al castillo para pensar un poco las cosas; sentía que había tantas cosas mal en lo que había hecho, en primer lugar Nacht era un hombre, parte de la peor de las órdenes de caballería, además de una familia que había caído en desgracia, realmente creía que todo estaba mal, pero no sentía culpa, no le pesaban las decisiones que había tomado ni lo que había pasado, de hecho aún sentía su cuerpo cálido al pensar en él y aunque no era muy propio del peliplateado, sonreía al recordar al vicecapitán, se sorprendía a sí mismo ya que se consideraba alguien correcto y capaz de controlar esas cosas, pero tal vez era porque nunca se había sentido atraído de esa manera hacia nadie, solo esperaba que las cosas salieran bien, aunque no sabía cómo hacerlas funcionar.

Nacht se encontraba algo confundido, no esperaba que el Capitán le correspondiese de esa forma, mucho menos estaba preparado para dormir con él, pero simplemente había sucedido y sentía una gran mezcla de emociones, aunque la que más predominaba era el miedo, miedo a qué pasaría ahora, había llegado a conocer lo suficiente al peliplateado como para saber que podía de repente estar bien, parecer cómodo con la situación y de un momento a otro hacer una tormenta en un vaso de agua y reaccionar exageradamente para mal.

De cualquier modo, no quería permitir que las preocupaciones se interpusieron en la felicidad que sentía; estaba satisfecho y tenía algo de esperanzas en que todo funcionara, pero tampoco pensaba mucho más allá, de alguna forma solo pretendía vivir un día a la vez y hacer que todo estuviese bien cada día.

Seguía en sus sesiones de entrenamiento con los caballeros de menor rango de la orden, los llevaba a lugares un poco extremos con el fin de exponerlos a peligro real, al final terminaba salvándolos, pero dejaba que estuvieran lo suficientemente cerca del peligro para que entendiesen su debilidad y mejoraran. La tarea lo agotaba un poco, pero su buen humor dados los acontecimientos le daba fuerzas para seguir adelante, tal vez pudiera terminar temprano y pasar algo de tiempo con el capitán.

El plan del azabache fue frustrado poco después del medio día, se encontraba descansando con los caballeros antes de partir hacia la sede nuevamente cuando fueron acorralados por un grupo de bandidos, no había entre ellos nadie excesivamente fuerte, pero eran demasiados, los suficientes como para causarle problemas a Nacht quien tomó posición de modo que pudiera proteger a los caballeros, que no sólo eran débiles sino que además estaban cansados.

Uno de los caballeros del grupo acertó a llamar a la base a pedir ayuda, y lo hizo justo cuando el capitán estaba regresando a la base, pasaba cerca de donde estaba el encargado de comunicaciones cuando oyó lo que sucedía y sin pensarlo mucho tomó un grupo de 5 caballeros al azar; entre ellos sus dos hermanos, y salieron velozmente hacia el lugar donde estaban. Para cuando llegaron Nacht se había encargado de poco más de la mitad de los bandidos, se veía cansado, además de mantener un ojo en la batalla y otro ojo en no permitir que a ningún caballero le pasara nada.

Nozel se apresuró a ayudar y en cuestión de minutos todos los enemigos fueron vencidos; por un segundo tuvo ganas de correr y abrazar al azabache para sostenerlo y llevarlo hasta la base, pero mantuvo la compostura, sólo se acercó y poniendo una mano en su hombro le habló

— ¿Estás bien?
— Sí Capitán, solo algo cansado, como todos — Le sonreía mientras se limpiaba el sudor de la frente
— Vamos a la base, para que puedan descansar — decía esto mientras le hacía señas a los caballeros para que le siguieran.

El capitán asignó un grupo de encargados para transportar los bandidos a prisión y se fue con Nacht y quienes habían estado entrenando para la sede. Tras llegar allí permitió que todos se fueran a descansar y sin intercambiar palabras, entendiéndose sólo con la mirada, se dirigió junto con Nacht a su oficina.

Estrictamente Laboral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora