𝐂𝐡¹⁶.

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Esᴛʀɪᴄᴛᴀᴍᴇɴᴛᴇ Lᴀʙᴏʀᴀʟ
( 𝕹𝖆𝖈𝖍𝖙 𝖝 𝕹𝖔𝖟𝖊𝖑 )

-- Supongo que este es el adiós... -- susurró para sí mismo el azabache mientras veía a Nozel alejarse de su habitación aquella mañana.

Habían disfrutado sus últimos días juntos, tal como lo planeó el capitán y aun así, aun cuando Nacht era quien más había insistido en lo casual de su relación y en que terminaría en cuanto el saliera de ese edificio ese día, no podía evitar sentirse triste, como si estuviera perdiendo una parte muy importante de él. 

Lo cierto es que no tenía tiempo para ponerse a pensar en eso, tanto él como el capitán debían organizarse pues ese día habría toda una ceremonia para celebrar el fin de ese experimento y deseaba de todo corazón que esta vez Julius no estuviera esperando ninguna cortesía de su parte, ¿Qué sería de él si debía hablar de su experiencia? Nozel tendría que hacerlo por lo dos, porque el azabache se rompería si tuviera que recordar que ese día terminaba una de las épocas más felices que había llegado a vivir. 

Reuniendo las pocas ganas que tenía se organizó, vistió su atuendo típico con la insignia que lo identificaba como parte de los Toros Negros y tomó rumbo hacia la capital, se fue separado de Nozel, pues en eso habían quedado desde antes, pero se arrepintió de esa decisión al darse cuenta que había perdido la oportunidad de pasar sus últimos momentos al lado del peliplateado, llegando al palacio se acomodó en una esquina mientras veía como poco a poco llegaban los capitanes y los vicecapitanes llenando todo el lugar. 

-- ¿Estás listo para regresar a la Orden? -- preguntó burlonamente Yami al acercarse a Nacth. 

-- Si fuese mi decisión, no regresaría jamás, idiota. -- aunque siempre era hostil con Yami y siempre estar sonriendo, en ese momento su expresión era seria y sus palabras mucho más frías que de costumbre.

-- ¿Sucede algo? Te ves pésimo. 

-- No sucede nada -- el azabache cayó en cuenta de su actitud y trató de suavizarse. -- simplemente no me gustan este tipo de actos. 

-- Puede irte cuando quieras, después de que el Rey Mago haya hecho su intervención. 

-- Lo tendré en cuenta. 

El vicecapitán de los Toros Negros no estaba prestando atención a las palabras de Yami, solo buscaba por todas partes al mayor de los Silva, casi con desespero, pero tratando de que su interés pasara desapercibido para no importunar al mayor ni levantar sospechas. 

Nozel Silva fue el último de los capitanes en llegar, entró acompañando a Julius y aunque su semblante era serio e imponente como siempre, Nacht sabía que detrás de eso había tristeza, la misma tristeza que el estaba sintiendo. Comenzaron con las palabras, primero fue el rey mago, luego el capitán de los Leones Carmesí, el vicecapitán de Amanecer Dorado y por último, el Capitán de las Águilas Plateadas. Confiando plenamente en lo que el azabache había escrito para él, Nozel no cambió ni una sola palabra del discurso, lo recitó todo con solemnidad y aunque era serio, general y ambiguo, entre lineas aparecía una conexión profunda y entre esos dos hombres que habían pasado juntos casi todas las noches del último mes. Nacht quería llorar, se preguntaba en qué pensaba cuando escribió ese discurso y se cuestionaba a sí mismo sobre si su decisión de cortar de raíz había sido la correcta, moría de ganas por correr y abrazar a Nozel quien obviamente también estaba haciendo un gran esfuerzo por mantenerse impasible, terminado el discurso, la comunicación en miradas que hubo entre ambos fue suficiente para que huyeran por un rato de esa reunión y se encontraran en un lugar apartado al otro lado del castillo, les hacía falta un último adiós. 

-- Definitivamente este es el final -- dijo Nozel recuperando el aliento, después de haber besado con frenesí al azabache al verlo. 

-- Por favor, no lo digas -- Nacht le permitió al peliplateado ver sus lágrimas y se aferró con fuerza a sus hombros -- No pensé que dejarte así sería tan doloroso. 

-- Yo... -- la actitud del contrario le sorprendía y le estrujaba el corazón, después de haber llorado por varios días solo en su cama, no tenía planeado volver a hacerlo, pero teniendo a su amado así frente a él, simplemente no podía contenerse -- comprendo perfectamente como te sientes, porque este día me seguirá doliendo por un tiempo. 

-- Pero es lo mejor para los dos ¿no?

-- Me veo obligado a creer que sí. 

Se fundieron en un fuerte abrazo, se besaron por última vez y luego Nozel salió de ese lugar, Nacht no quiso regresar a la reunión, no podría soportar ver a ese hombre nuevamente, tomó el prendedor que este le había regalado y lo puso bajo su capa, donde solo él pudiera verlo, donde estuviera siempre con él y se fue a su casa, determinado a tomar la misión más larga y lejana disponible porque no podría cargar con el peso de estar en ese reino, sabiendo que Nozel Silva también estaría allí y nunca jamás volvería a visitar su habitación en la noche. 

Estrictamente Laboral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora