𝐂𝐡⁷

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𝕹𝖆𝖈𝖍𝖙 𝖝 𝕹𝖔𝖟𝖊𝖑

La noche pasó rápidamente, se despertaron casi al mismo tiempo, uno frente al otro, en ese pequeña cama diseñada solo para uno. Hacía frío, aún estaba amaneciendo y esos dos hombres se miraban fijamente sin decir nada. La expresión de Nacht era alegre, aunque aún estaba despertando y tenía sus ojos adormilados, se le veía feliz; por su parte Nozel estaba perplejo, miraba confundido tratando de que sus ojos no se cruzaran. El silencio empezó a sentirse pesado, pero ninguno de los dos se movía, de repente Nozel miró fijamente a los ojos oscuros de Nacht y este le sostuvo la mirada, lo tenía bastante cerca y no decía nada, aunque sus ojos eran de súplica, de deseo.

— No puedo — dijo Nacht pegando su frente con la de Nozel, suspiró fuertemente mientras miraba fijamente los labios de su compañero.
— ¿Porqué no?
— Me pediste que no lo hiciera.

En ese momento el peliplateado tuvo una mezcla de emociones, por un lado se sintió tonto por decir eso sin pensarlo bien, por otro se cuestionó si era correcto lo que estaba deseando hacer y además se sentía frustrado por saber que él tendría que dar el primer paso.

— Qué más da — Desvió la mirada y respiró profundamente.

Sin previo aviso el peliplateado tomó a Nacht por la cintura y se impulsó hacia él dándole un beso apasionado, el azabache se dejó llevar por el capitán, abrazándole fuertemente y pegándose a él mientras dejaba que su lengua jugara con la del contrario. Poco a poco las manos de Nacht comenzaron a recorrer el cuerpo del capitán, sus caricias no eran sutiles ni suaves, eran frenéticas y sus manos tomaban con fuerza cada lugar por el que pasaban; en un leve instante en el cual dejaron de besarse Nozel aprovechó para empujar al contrario y ubicarse sobre él, después siguió besándole mientras se aseguraba de que su entrepierna rozara la de ese hombre, haciéndole saber lo que estaba por suceder. Estando en esa posición Nozel comenzó a quitarse la parte superior de su ropa y procedió a hacer lo mismo con la del otro, Nacht se dejaba llevar por esa faceta del capitán que daba rienda suelta a sus deseos.

El sentir que tenía él control de la situación sólo excitaba más al peliplateado que ya se encontraba masturbando al contrario y desponjandolo de la poca ropa que le quedaba ¿Desde hace cuánto deseaba tener a ese azabache de esa forma? No podía aguantar más, lo volteó lentamente, recorrió su espalda son sus manos y pasó su lengua por su cuello y su oído, mientras usaba sus dedos para prepararlo. Nacht escondía su cara en la almohada a medida que los largos dedos del peliplateado entraban y salían, esforzándose por no hacer ruido. Con su mano libre Nozel tomó la barbilla del contrario y la levantó para observar un poco sus expresiones.

— ¿Estás listo? — Susurró en su odio para después meter un poco su lengua en él.

Dicho esto empezaría el acto principal. Nozel se puso en posición y sosteniendo firmemente las caderas del contrario se deslizó dentro de este lenta pero profundamente, dejando salir un suave gemido al hacerlo, mientras el contrario mordia sus propios labios. Estando dentro, el peliplateado comenzó a empujarse de manera delicada tanteando la reacción del otro, a medida que avanzaba sus movimientos se hacían más frenéticos, guiando las piernas del contrario logró cambiarlo de posición sin salir; ahora podía ver la cara de este mientras seguía empujándose dentro de él, de paso podía  seguir jugando con él resto del cuerpo del azabache mientras estaba dentro de él, pellizcaba sus aréolas y acariciaba su falo, disfrutando de las expresiones faciales del otro, además de los sonidos de placer que se le escapaban de vez en cuando. Estaba por terminar y sabía que el otro también estaba cerca de su climax así que lo sostuvo fuertemente por las caderas y se empujó fuertemente, viniéndose dentro de él, mientras que el vicecapitan llenaba su  propio abdomen con su semen. Tras esto Nozel salió suavemente y se sentó en una esquina de la cama, tomando una toalla con la que comenzó a limpiar a Nacht. El azabache yacía en la cama sudando y sonriendo, siempre mirando a su acompañante.

Después de un rato de cómodo silencio y quietud Nacht se levantó, se puso una bata y se asomó a la ventana mientras prendía un cigarro. Nozel se puso su ropa y se acercó a él.

— Nadie puede saber de esto — dijo poniendo su mano sobre la del vicecapitan.
— Lo sé, — entrelazó sus dedos con los de él. — No sería bueno para ninguno de los dos. — apagó lo que quedaba de su cigarro en el marco de la ventana y acercó su rostro al del capitán — ¿Te puedo besar? — dijo estando a un par de centímetros de sus labios.
— Claro que sí — sonrió y esperó para fundirse en un tierno beso con el azabache.

Culminado el beso el peliplateado abandonó la habitación, faltaba poco para que comenzaran sus actividades diarias y debía estar listo para ello. Nacht hizo lo propio y también se dispuso a alistarse para el trabajo, después de todo era el vicecapitan.

Estrictamente Laboral.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora