Capítulo 20

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No podía dejar de sentirme
intimidada ante aquella mujer y
pasaba nerviosamente los dedos por
el borde de la chaquetilla.No solía
pensar en ella en aquellos términos.
De hecho,no solía pensar en ella como
otra cosa que no fuera mi esposa.Esa
era la novedad a la que tenía que
hacer frente,que pudiera sentirme
intimidada por una mujer con la que
llevaba viviendo siete años.

Lisa se dió la vuelta y me vió en el
umbral de la puerta.A mi me dió un
vuelco al corazón al ver que fruncía el
ceño y me observaba de arriba a abajo,pero no podía ver bien la expresión de sus ojos.

"Se esconde,huye de mí",me dije,
"lo hace todo el tiempo".Incluso en
aquellos instantes en que veía como
observaba mi nuevo peinado y mi rostro maquillado,no podía saber lo que estaba pensando.
El vestido era mucho más fino que cualquier cosa que me hubiera puesto en mi vida,realzaba mi esbelta figura,mis piernas largas y bonitas,pero Lisa lo observó sin dar
la menor muestra de aprobación o
disgusto.

Luego,sin previo aviso,un brillo de
emoción cruzó por sus ojos antes de
desaparecer de nuevo.

Me sobresalté,porque estaba
segura de que sus ojos no revelaban
otra cosa que tristeza.Pero ,¿por qué
debía Lisa sentir tristeza al ver a us
mujer vestida para salir con ella?

O,tal vez,no fuera tristeza,tal vez
fuera su conciencia culpable.¿Qué
había dicho su madre? "la tienes
guardada entre algodones".Aquella
frase debía haberle calado muy hondo,y,en aquellos momentos,allí estaba,distinta,convertida en otra mujer.
Y Lisa debía saber que yo nunca habría llegado tan lejos si ella no me hubiera hecho sentir insegura.

-¿Quieres algo de beber antes de que
nos vayamos?-preguntó Lisa.

Me dí cuenta de que no iba a hacer
ningún comentario sobre el vestido
y sentí una gran decepción.

-No...gracias-repliqué con voz grave-
¿Has...has reservado mesa?

Lisa sonrió.

-Sí-dijo-¿Nos vamos?

Me senté en el BMW.Me sentía
intranquila y no dejaba de mirarme
las manos mientras Lisa aceleraba
en direccción al centro de New York.
Me montaba pocas veces en aquel coche,porque cuando salían solían hacerlo con nuestros hijos y era mi Ford Escort blanco el elegido.Ásí que me sentía algo extraña en aquel coche.En realidad,me sentía extraña con todo,incluso conmigo misma.

-¿A donde vamos?-pregunté sin
mucho entusiasmo.Me dí cuenta de
que Lisa me miró,y volví la cabeza
para mirarla.Ella volió a mirar a la
carretera.Tenía la mandíbula apretada.

Al final,llegamos a uno de los sitios
más frecuentados por los ricos y
famosos,pensé que había que
tener cierto estatus para ser admitido
en uno de aquellos lugares y la
naturalidad con que Lisa mencionó
aquel club me hizo sentir aún más
incómoda.

-La comida es buena-dijo sin darle
importancia-lo bastante buena como
para tentar incluso los aptetitos más
frágiles.

¿Se refería a mí? podría ser,desde hacía algún tiempo,no tenía mucha hambre.
La comida se convertía en un problema cuando tenía que vivir con un nudo permanente en la garganta.

-Entonces,lo conoces-dije.

-He estado una o dos veces-

¿Con Irene? no pude evitar aquel
pensamiento,que provocó que
permaneciera en silencio el resto del
camino.

Lisa no estaba más alegre que yo.Me
guió a través del vestíbulo de club,
iluminado con luz indirecta para
realzar el lujo del lugar.

Una esposa infiel-Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora