Capítulo 30

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Estábamos sin respiración cuando nos
separamos,Lisa se dió la vuelta para
saludar a su madre con una sonrisa.
Malai sonreía nerviosamente,pero la
expresión de esperanza escrita en sus
ojos,era inequívoca.

Al poner los abrigos a los niños,
mientras Lisa estaba fijando la
posición del arbol,yo recordé
los cambios que había hecho en el
piso de arriba.Me mordí el labio
preguntándome como se lo diría y
pospuse el momento hasta que no
tuviera remedio.

Me despedí de los niños y de su
abuela desde la puerta,Lisa me
agarraba de la cintura mientras
Malai salía por la puerta del jardín
empujando el cochecito de David y con los mellizos correteando a su lado y sin parar de hablar.

Lisa cerró la puerta,después del
alboroto anterior,el silencio parecía
muy extraño.

-Ven conmigo mientras me cambio-dijo Lisa,ofreciéndome la mano.

Yo la agarré dócilmente y me dejé
llevar escaleras arriba hasta nuestra
habitación.Allí ,Lisa se separó
de mi con un suspiro y comenzó a
quitarse el saco del traje.

La miraba desde el umbral de
la puerta retorciendome las manos
nerviosamente.

-Lisa...

Ella no me oyó,se dirigió al baño.

-Pero,que...-dijo saliendo disparada y
mirándome con asombro.

-Tenía que poner a mis padres en
alguna parte-dije,poniéndome a la
defensiva-y esta era la única solución-
dije señalando la cama.

Había quitado del baño todos mis
objetos personales y vaciado uno de
los armarios y había puesto mi ropa
con la de Lisa,casi no habia cabido ,
la había metido con tanta presión que
tendría que plancharla otra vez antes
de ponermela,pero...

-¿Y dónde vamos a dormir tu y yo?

Señalé las otras habitaciones con
un gesto vago.

-He comprado dos camas.Una la he
puesto en la habitación de Leo y
otra en la de Ella,tu madre puede
dormir con Ella.

La madre de Lisa siempre se quedaba
a dormir con ellos la noche buena
porque le gustaba ver a sus nietos
abriendo los regalos de navidad.

-Yo dormiré con David y tu con Leo.
Solo son dos noches Lisa-dije
apelando a su comprensión cuando la
vi a punto de explotar-sabes que no
podemos poner juntos a los mellizos
o no se dormirán nunca,están muy
excitados y...

-¡Maldita sea!-gritó Lisa-¿qué
te ocurre Jennie? ¿Por qué tengo que
dejarle mi cama a tus padres? ¿por
qué no pueden dormir en otra cama?
¿o haces esto porque quieres seguir
vengandote de mi? porque,si es eso,te
aviso:creo que ya he sufrido bastante.

Me indigné ante tal injusticia.

-¿Desde cuándo han sido mis padres
un problema para ti? ¡solo vienen una
vez al año! ¡ten algo de consideración
con ellos,por amor de dios! saldrán
para acá en cuánto cierren la tienda y
harán el camino de un tirón.Empiezan a ser mayores,y no creo que sea muy cómodo para ellos dormir con los niños.

-¡No puedo creer que estés haciendo
esto!-dijo Lisa,demasiado enfadada
como para entender de razones-
vuelvo a casa después de una semana
entera en Liverpool...¡en Liverpool,
por dios santo!-dijo como si se tratara
del fin de la tierra-buscando un poco
de tranquilidad en mi propia casa.¡En
mi propia casa! y me encuentro con que me ha echado de mi habitación mi propia mujer,una mujer vengativa que no encuentra bastantes maneras de...¡no pasaría nada...!-
continuo observando a una Jennie totalmente pálida-no pasaría nada si la maldita casa fuera lo bastante grande,yo tengo que pagar las consecuencias,¡yo! una maldita
millonaria viviendo en una casita de juguete con tres mocosos y una mujer que...-Se interrumpió dirigiéndose a mi,que estaba completamente pálida , y con una mirada furiosa.

Una esposa infiel-Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora