-Creía que eras un orco-Dije agarrando fuertemente mi duro arco.
-Si fuera un orco…ya estarías muerta-Me respondió Legolas mientras me seguía apuntando.
Yo, sin decir nada y desviándole la mirada, baje el arco. Él se acercó a mí y continuó:
-Tauriel, no puedes enfrentarte a treinta orcos tu sola.
-No estoy sola.
-Sabias que vendría-Me respondió él dedicándome una sonrisa placentera y amigable.
Claro que sabría que me seguiría, que vendría conmigo a donde fuera….
Yo, le devolví, la sonrisa, y él continuo:
-Tauriel el rey está enfadado contigo. Le has desobedecido. Vuelve conmigo, el te protegerá.
-Pero yo no quiero. Parece que al rey no le importa que una manada de orcos mate a nuestros amigos en busca de nuestros prisioneros.
-No es nuestra lucha.
-Si es nuestra lucha. Con cada victoria el mal se hará fuerte. ¿No somos parte de este mundo?
Él, me miró, sin saber que responder porque sabía que tenía razón. Yo, finalicé:
-Dime, “mellon”, ¿cuando hemos dejado que el mal sea más fuerte que nosotros?
Él me volvió a mirar. Otra vez sin decir nada al respecto y se fue trotando a paso ligero.
-¿Dónde vas?-Le pregunté a la distancia.
-¿No dices que somos parte de este mundo? Pues habrá que hacer algo-Al decir esto, se fue corriendo perdiéndose en el bosque.
Yo, feliz por saber que me acompañaría, le seguí esprintando.
Llegada ya casi la noche y a poco camino hasta llegar a la Ciudad de Lago, Legolas se paró en seco y me dijo:
-Deberíamos descansar….
-¡No! Estamos muy cerca. No queda nada para llegar.
-Hazme caso, Tauriel. Algo me dice que debemos descansar y esperar un poco más.
-¿Has visto algo?
-Sí.
-¿El qué?
-Que casi no te puedes sostener en pie. Si quieres ayudarlos de verdad, tendrás que reponer fuerzas.
-¿Y tú?
-Yo también. Iré a por leña. Tú busca un lugar cómodo.
-No, ¿haces esto por ellos? No les debes nada.
El se dio la vuelta y se alejó mientras me decía:
-No lo hago por ellos.
Esa frase me dejó un poco descolocada en mi interior.
Yo, tras esperar sentada unos cuantos minutos, apareció Legolas, callado y pensativo. Encendió un fuego, tímido y simple, pero lo suficiente como para alumbrar y calentarnos.
Él se sentó a mi lado, se quitó las armas y se quedó mirando el fuego fijamente. Parecía que no quería hablar conmigo.
Los dos, en medio de la lúgubre, silenciosa y oscura noche, permanecimos mudos durante un buen rato.
Yo, inmóvil e incómoda ante tal situación, empecé a hablarle, mientras él seguía, supongo, pensando en sus cosas.
-Hace frío, ¿no te parece?
ESTÁS LEYENDO
Legriel.
Fanfiction¿Que hubiera pasado si Legolas hubiera sido más...atrevido? ¿Que paso antes de los acontecimientos de Bilbo, en el Reino del Bosque? ¿Como tendría que haber terminado BOTFA? Atención: Por sí acaso no sabéis como va la "línea cronológica" de este fic...