Capítulo 4

2.2K 254 117
                                    

Flashback

<< Tomó aire y enderezó su postura, como si estuviera a punto de impartir una clase.

El Rigor Mortis se divide en tres fases: "Instauración" que va desde las 3 a 24 horas post mortem; "estado" a partir de las 24 a 36 horas; y "resolución" de 36 horas en adelante.

Smith comenzó a explicar las características de cada fase.

...y si logras distinguirlas, sabrás con mayor exactitud cuanto lleva muerta una persona. ¿Voy demasiado rápido, Mini-Holmes?

El niño negó con la cabeza. Todo lo que ella decía estaba siendo recopilado y almacenado en su cerebro. El libro de anatomía que le habían regalado sus padres por su noveno cumpleaños no venía con esa valiosísima información.

Bien. Ahora... Mmm... —la muchacha dirigió su mirada al techo de la habitación, como si de esa manera pudiera acceder a la biblioteca infinita de su mente—. ¡Ah! Los huesos de las personas mayores tienen una densidad ósea menor al de los jóvenes. Eso es lo que los vuelve más frágiles y propensos a fracturas. Si sabes determinar la edad ósea, podrás tener una idea aproximada de a qué edad falleció una persona.

¿Y cómo se hace ese estudio?

No tengo idea.

Sherlock entrecerró los ojos, juzgándola con la mirada.

Oye, enano. No soy forense. —se excusó—. Solo te digo lo que sé.

Está bien. —aceptó de mala gana.

Anabeth revisó la hora en su reloj.

Maggie ya debe tener lista la cena. —anunció—. Hay que bajar.

Diles que me duele el estómago. —se acurrucó en su cama, sin mostrar intenciones de salir de ahí.

Pues yo no te veo "enfermo" precisamente. —ladeando la cabeza a un costado.

Efectivamente. —afirmó—. Pero madre hará salteado de verduras.

Ella rio por lo bajo y negó con la cabeza.

Okey... Te cubriré. —se encogió de hombros, resignada. Aunque lo llevara a rastras a la mesa, nada ni nadie podría obligar a Sherlock a comer sus vegetales—. ¡Pero! Solo si prometes irte a dormir temprano.

Agh, no molestes Smith. —rodó los ojos.

Ah-ah. —movió su dedo en negativa—. Estás "enfermo" y los niños "enfermos" no se quedan hasta tarde haciendo experimentos. —insinuó en fingida inocencia—. Tienes que meterte en el personaje, Mini-Holmes. De lo contrario, nadie te creerá.

Sherlock tomó su almohada y la colocó sobre su rostro, rehusándose a ver su sonrisa burlona.

Eres despreciable. —masculló a través de la tela.

Tu odio es alimento para mi alma. —tarareó alegremente, sentándose en el borde de la cama. Los resortes chirriaron bajo su peso—. Anda. Mycroft me dijo que no dormiste nada ayer. No puedes decirme que no estás cansado.

¿Tienes alma? Eso sí que me sorprende. —levantando la almohada, solo unos centímetros.

Smith frunció los labios en fingida ofensa. Extendió su brazo, con intenciones de revolver esos rizos negros. Sherlock, anticipándose a la acción, se apresuró a ocultarse debajo de las frazadas. En respuesta, ella comenzó a hacerle cosquillas.

Elemental, querido Holmes - (Mycroft y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora