— Aléjate de esos papeles.
— ¿Por qué?
— Porque si te dejara leerlos, estaría rompiendo mi acuerdo de confidencialidad.
— Si fueran tan importantes, no los traerías a mi apartamento en primer lugar.
La mujer rodó los ojos. Bajó la tapa de su laptop, sabiendo que no podría concentrarse con ese mequetrefe merodeando entre sus cosas.
Eran finales de abril. Como en cada cierre de mes, su casilla de correo rebosaba de documentos en espera de revisión. Una sobrecarga de trabajo que fue más que bienvenida. Le daba algo qué hacer en lo que esperaba la respuesta de su contacto en Nueva York.
El matrimonio Watson estaba en búsqueda de un contratista para remodelar la habitación del futuro bebé. Sherlock, por su parte, se dedicaba a ahuyentar a los clientes cuyos casos no superaran el 6 en su denominada "escala de interés".
Y la vida continuaba.
— Eso es porque realmente no me molesta que husmees. —replicó, encogiéndose de hombros—. Nada de lo que está escrito ahí tiene importancia para ti. Pero te aseguro que un empresario no opinaría lo mismo.
El detective inclinó la cabeza, observando más de cerca los folios desperdigados sobre la mesa de café.
Tomó uno de ellos, para inmediatamente volverse hacia ella.
— Explícate.
Extendió su mano, reclamando el informe. Él rodó los ojos y, de mala gana, se lo devolvió. Sólo entonces habló:
— La agencia de traducción para la que trabajo está bajo el amparo del AmCham. —al ver su expresión en blanco, aclaró—. Es la Cámara de Comercio estadounidense. No necesito explicarte su función, ¿o sí?
— Hm... Gobierno... Economía... Irrelevante en mi área... Ahórrate las molestias. Lo eliminaría en los próximos cinco minutos.
La mujer chasqueó la lengua, familiarizada con esa practicidad que bordeaba los límites de lo insultante.
— Ni modo... —suspiró—. La firma, o sea nosotros, operamos con el sector que responde ante la Unión Europea. Por eso me trasladaron a Londres. Para estar cerca de todo.
— ¿Y por qué eso sería relevante para alguien?
— No insultes mi trabajo, enano. —tarareó, para molestia del aludido—. Y te equivocas. Las empresas invierten millones al año en consultoras para predecir la conducta de los mercados. Tomando en cuenta que estos se rigen en gran medida por las políticas reguladoras redactadas en estos documentos... De ahí la necesidad de estrictos acuerdos de confidencialidad.
Sherlock inclinó la cabeza, con cierto ápice de interés.
— ¿Suficiente como para matar por esa información?
Anabeth alzó la mirada al techo, pensativa.
— He escuchado de algunas demandas por espionaje corporativo... Pero nada remotamente letal.
El detective bufó con desdén.
— Como pensaba. Aburrido.
Ella sonrió de lado, con diversión.
— Lamento decepcionarte, Mini-Holmes. Pero no todo en la vida se trata de asesinatos.
Él la miró, ofuscado. En protesta, separó la pila de papeles en dos columnas y las barajó cual mazo de naipes, volviéndolas a juntar en una sola completamente desordenada.
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Elemental, querido Holmes - (Mycroft y Tú)
Fiksi Penggemar《 SEGUNDA TEMPORADA DE "LA CLASE DEL '89" 》 Han pasado 25 años desde que Anabeth se vio obligada a volver a su país natal, Estados Unidos. Mycroft Holmes se ha convertido en el hombre más influyente del gobierno británico. Su poder e intelecto no co...