Cap. 21

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  • Dedicado a Hada Fitipaldi
                                    

-Entreabrí los ojos y entreví al hombre que otras veces había visto con Naigel, estaba junto a mi y me estremecí, se que me separé y que de nuevo esa fuerza vibraba en mi a la defensiva.

-¡No la toques, apártate de ella! – rugió Naigel se que perdí el conocimiento en cuanto él me dejó en la cama tras preguntarme como estaba, no descanse, oía voces lejanas en mi adormilamiento - ¿Pero que has hecho Gizhele? – gimió – Le dije que se alejara de ti, que no se acercara...debí haberle matado yo mismo, no tú...

-¿Crees que podrás protegerla? Esta más avanzado de lo que creías Naigel. Se te esta yendo de las manos ¿qué crees que vas a hacer? Además… lo ha matado, las leyes…

-Cállate Grimel – susurro Naigel

-¿Ya has decido de que parte estas? ¿La entregaras o te quieres beneficiar tú sólo? Yo puedo librarte de todo Naigel

-Ni se te ocurra insinuarlo ¿quieres traicionarme? Quien no sabe de que lado esta eres tú amigo. ¿Crees que puedes matarme? Creo que no hace falta que te recuerde quien soy. 

-¿Es una amenaza? Naigel... sólo quiero que no pierdas el norte. No soy tu enemigo.

-No lo parece. Ya no se puede confiar en nadie. El deseo que despierta nubla el juicio a todos- suspiró

-¿Cómo acabará todo esto? Bien no creo almenos para ella... piénsalo Naigel – dijo poniendo una mano en el hombro de él – Aún estas a tiempo. Sé que la quieres pero…

-¡No!

-De acuerdo, es tu decisión... la acepto y quiero que sepas que lo entiendo. Estaré contigo hasta el final. Avisare a Abel, el pobre se quedo fuera sin entender nada de lo que pasaba - sentenció y se desvaneció. 

-Gracias Grimel.

No se si Naigel sabía que me había enterado de todo, quizás lo había soñado pero fui recuperando la conciencia poco a poco y lo primero que vieron mis ojos fue a Naigel sentado junto a la cama, ahora conocía parte de su fuerza...y era mas poderoso de lo que había podido imaginar y era más que un vampiro corriente… ¿cuan antiguo sería? La pregunta mas importante era quien era en realidad que tanto temor les inspiraba a los demás vampiros (pues Azrael al verle realmente había palidecido, todo y ser uno de los más fuertes). Las cartas aún estaban por jugar y Naigel guardaba más de un as. O puede que no, esa era su mayor virtud, su inteligencia, nunca mostraba más de lo debido.

GizheleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora