Capítulo 17

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Suppasit.

Conducimos en silencio, pero mis ojos siguen volviendo al camino detrás de nosotros para asegurarme de que no nos están siguiendo.

Kanawut se sienta en el asiento del pasajero, mirando a través del parabrisas. Tomo su mano y beso sus dedos.

—Tenemos cuatro o cinco días antes de que esas imágenes se publiquen y eso es si tenemos suerte.

Él me mira. —¿Cómo sabes eso?

Aprieto la mandíbula. —Si quieren mucho dinero, tendrán que acercarse a varios tabloides para vender las imágenes.

Él quita su mano de mi agarre y menea sutilmente la cabeza, algo molesto de que haya pasado por esto antes. Odio que yo también lo haya hecho.

Exhalo pesadamente mientras mis ojos se desvían hacia la carretera detrás de nosotros, una vez más. Ellos no pueden averiguar dónde se está quedando o su trabajo se ha ido. Excelente.

Es mi suerte que un fotógrafo que lo reconoció estaba fuera de mi lugar de trabajo. ¿Cuáles son las posibilidades? Nadie sabe siquiera quién es él en Londres.

—Tendrás que decirle a tu padre que estamos juntos —le digo—. Adviértele de las imágenes que podrían salir a la luz.

Se pasa las manos por el cabello.

—No es tan fácil, Suppasit.

Mis ojos parpadean hacia él.

—En realidad lo es. Tú tienes permitido ver gente.

—No lo entiendes—. Él pone los ojos en blanco.

—¿Entonces, por qué no me ayudas a entenderlo?

—No te pongas irritable conmigo. ¿Crees que me gusta este drama?

—Todo lo que digo es que eres un adulto y no estás haciendo nada mal. Si no pueden estar felices con nuestra relación, es una lástima por ellos.

Él cruza los brazos.

—¿Estoy en lo cierto? —Chasqueo cuando mis ojos se mueven entre el camino y él.

Kana se queda callado.

—Dímelo ahora mismo, maldita sea, Kanawut. ¿Qué vas a hacer cuando se enteren?

Él se encoge de hombros.

—Estoy esperando.

—No sé cómo manejarlos—. Kana se pone lloroso y niega con la cabeza—. Son autoritarios, Mew, y odio que te juzguen sin siquiera conocerte.

Arrugo mi cara con disgusto.

—Me importa un carajo si me juzgan o no. Pero no te juzgarán. No lo permitiré.

—¿Qué se supone que significa eso? —Él me mira sin comprender.

—Significa que eres un adulto, y si intentan evitar que te vea...

—Lo que harán —interrumpe.

—¿Qué vas a hacer al respecto?

Él se encoge de hombros, su rostro triste, es obvio que esto es demasiado para que él lo enfrente solo.

—Yo me ocuparé de eso —le digo.

—¿Qué quieres decir? —Kana frunce el ceño.

—Me ocuparé de Ohm y de tu padre.

Él resopla—: No los conoces, Suppasit. Nadie se puede hacer cargo de ellos.

Lo miro.

—Me tomó treinta y siete años encontrarte, Kanawut. Tu familia no me obligará a salir de tu vida.

Sr. SuppasitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora