Capitulo 7

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El final...

El día comenzó extrañamente tranquilo, y cuando vi el reloj qué marcaba las 11 de la mañana, jadeé. Estaba desorientada y no entendía cómo había podido dormir tanto.

Luego poco a poco los recuerdos de ayer, fueron viniendo a mi mente. Y lágrimas cayeron por mi rostro al recordar que ya no podría abrazar a mis amigas ni a mi bebe. Me levanté tranquilamente, preguntándome si debía dar la voz de alarma sobre la desaparición de Rini o esperar. Como apenas salía de mi habitación, ni siquiera sabía que debía de hacer.

Finalmente, fui a la habitación del bebe y para mi sorpresa descubrí la cuna deshecha, sin la muñeca dentro. Miedo paso por mi columna vertebral, y grité. No por qué no supiera dónde estaba mi bebe, sino por qué temía que Endymion hubiera descubierto mi plan, así que, actuando sobre la marcha, salí a la puerta con lágrimas en los ojos y pedí ayuda a los guardias que había cerca.

Ellos dijeron que avisarían al Rey, y volví a tener ese estremecimiento de miedo, esperaba que Endymion no sospechara o no sabía que sucedería. Revisando la habitación, en busca de algo distinto que me demostrase que había sido él quien había estado aquí descubrí un CD de música encima de uno de los muebles, me acerqué curiosa. Sabía que ese Cd no había estado ahí antes y no tenía ni la menor idea de quien podría haberlo dejado.

Al ver que no tenía ningún nombre, ni dentro ni fuera de él, supuse que podría haber sido dejado por Minako o Amy. Aunque no entendía, por qué me dejaría un CD... era algo que Endymion podía coger y descubrir todo.

Pero tentada por saber el contenido del pequeño disco, fui a mi cómoda y cogí un pequeño reproductor de CD portátil, que poseía desde hace bastantes años pues las chicas me lo habían regalado. Coloqué el disco dentro, y fui caminando hacia el lateral de mi cama, mientras configuraba el pequeño aparato para que reprodujera todas las canciones de manera continuada.

Pero no me había puesto aún los auriculares, cuando sentí como la puerta se abría y se cerraba suavemente detrás de mí. Sudor frío corrió por mi espalda, mientras me obligaba a mí misma a permanecer en el mismo sitio, a pesar de que el miedo solo quería hacerme correr en la dirección opuesta.

No corras. No huyas. Él no sabe nada, si corres le darás motivos para sospechar.

Mi mente pensaba rápido, pero mi corazón latía demasiado fuerte y no sin motivo.

Antes de que pudiera reaccionar, el reproductor fue abandonado en el suelo de la habitación mientras, tras caer debido al empujón que recibí y qué me arrojó a la cama. Mi vestido fue desgarrado por las manos crueles de Endymion, mientras yo podía ver la ira en sus ojos y aunque trate de gritar, sabía que era inútil, pues mi habitación estaba insonorizada desde que se había construido evitando así que cualquiera de mis guardianas pudiera escuchar nada, aunque estuvieran justo afuera de las puertas.

Estaba verdaderamente asustada, otras veces le había visto enfadado o agresivo... pero la mirada que tenían sus ojos era de puro odio.

Lágrimas caían de mis ojos sin control, mientras la persona a la que se suponía que amaba y que me amaba, pero que ya no podía reconocer en los rasgos deformados de Endymion, me penetraba sin piedad y sin darme siquiera un momento de alivio, mientras sujetaba mi cuerpo contra la cama, impidiéndome poder moverme. Ya debería de estar acostumbrada, pero después del tiempo de calma y sin agresiones... fui sorprendida por esta tan bestial, pero aún con la costumbre el dolor jamás se iba. No era tanto el dolor físico, sino que pesaba más la traición. No podía seguir con esto, pensaba que sí... pero eran años de sufrimiento en silencio y ya no podía más. No ahora que sabía que mi bebe estaba a salvo, y no podría hacerle nada. Así como las únicas guardianas que me mostraron su preocupación a lo largo de los años, ya no había nada con lo que me pudiera amenazar. No quedaba absolutamente nada.

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