Capitulo 16

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Estaba sentada en el césped, con la brisa agitando mi cabello y la luz del sol sobre mi piel, cuando abrí los ojos y miré alrededor, a un paisaje tan novedoso y distintos, como conocido. Pues, aunque solo hubiera visto los alrededores del palacio, un par de veces, esas veces habían sido tan placenteras que sabía que estaba en los alrededores de Kinmonku. Pero fruncí levemente el entrecejo, ¿no estaba en la cama? ¿es esto un sueño?

Era todo tan pacifico, tan relajante, que parecía ser irreal. Me levanté, y caminé siguiendo una corazonada. Pude ver a lo lejos a la princesa Kakyuu, a Healer, a Maker y a Fighter, y sonreí mientras corría a su lado. ¡Habían regresado! Pero cuando me acerqué lo suficiente, me di cuenta de que no me veían y que sus rostros, aunque alegres eran muy serios, me pregunté de que hablaban pues estaba lejos para escucharlos.

Seguí caminando y pude ver aparecer a Minako y Amy, con mi bebe caminando entre ellas. Y la sonrisa de extendió por mi rostro. Pero de nuevo, ninguna parecía verme y luego casi me caigo de la sorpresa.

- ¡Odango! - gritó Fighter y pude ver como dejaba a sus hermanas, y su princesa para correr a mi lado y abrazarme. ¡Cómo! Me acerqué a la pareja, como los demás. Sin entender cómo podía estar entre los brazos de Fighter, si estaba enfrente de ella.

- ¿Me echabas de menos, cariño? - dijo mi otro yo, mientras le daba un beso suave a Fighter y por primera vez, me di cuenta de la barriguita de embarazada que tenía.

¿Qué diablos estaba pasando? Me pregunté, mientras intentaba hacer notar mi presencia, pero todo el mundo seguía simplemente observando. ¿Por qué estaba viendo esto? ¿Por qué estaba embarazada? ¿Por qué había llamado a Fighter cariño?

Podía llegar a entender esa última pregunta, quería a Fighter más de lo que me atrevía a admitir... pero seguía sin encontrarle sentido a lo demás. Rini tenía la misma edad que ahora mismo, y mi barriguita de embaraza sería como mínimo de 6 meses, era imposible... Eso no había pasado.

¿Me estaba volviendo loca? Pregunté mientras giraba sobre mí misma, y luego salí corriendo, para intentar llegar al palacio y averiguar qué sucedía, pero poco a poco pude ver cambiar el escenario que tenía a mi alrededor.

- ¡Odango! - gritó nuevamente la voz de Fighter.

Y la seguí, para ver como otro yo mío y mi amiga, estaban jugando a atraparse. Sonreí, y a la vez se me escapó una lágrima, quería volver a ser esa niña despreocupada. Quería ser la chica que disfrutara de jugar y qué se reía sin problemas.

Quería tanto esto, que caí al suelo mientras lloraba con los ojos cerrados, sin darme cuenta de que el paisaje había cambiado nuevamente. Cuando abrí los ojos, jadeé no estaba en Kinmonku. Me levanté algo asustada, y caminé por el jardín de flores plateadas viendo al fondo el planeta tierra.

- ¡Odango! - exclamó Fighter detrás de mí, no la estaba viendo, pero sabía que era ella - ¿No soy lo suficiente buena? ¡Ven conmigo!

Me di la vuelta, y observe las lágrimas de Fighter, mientras extendía su mano para que yo la tomara. Estiré mi brazo para tomarla y de repente una rosa atravesó la distancia entre ambos, evitando que tomará su mano.

- ¿Enserio? ¿De verdad vas a cambiar tu perfecto futuro por una guerrera de otro planeta? - dijo la voz dura de Endymion. Que venía caminando, con sus ropajes de príncipe.

- ¡Sí! - grité y volví a tratar de tomar la mano de Fighter, sabía lo que me esperaba en el futuro y no lo quería. Pero cuando nuevamente nuestras manos se iban a tocar, una fuerte explosión nos mandó a volar.

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