Me desperté y fui consciente de estar rodeada por unos brazos, que me hacían sentir segura y sonreí. Era la segunda vez que me despertaba en pocas horas en esos brazos, pero no estaba segura de cómo había acabado durmiendo de nuevo.
Fruncí mi frente, intentando recordar. Pero estaba en blanco, así que suavemente me separé de Seiya y sonreí al ver que estaba en su forma masculina, y parecía un angelito durmiendo. Me separé de él, y vi que ambos estábamos sobre la colcha de la cama, completamente vestidos y supuse que eso se debía al hecho de que yo hubiera quedado dormida, en mitad del día.
Me levanté suavemente de la cama, pues no quería despertarlo. Por qué podría apostar a que había estado velando mi sueño esta mañana, así que recogí una manta de encima del sofá que había en la habitación y se la puse por encima, después de darle un suave beso en la frente. Le amaba muchísimo, ahora solo necesitaba el valor para decírselo.
- Odango - susurró en sueños, cuando sintió mis labios en su frente, y no pude evitar sonreír.
Caminé hacia el balcón de la habitación, y me quedé mirando el cielo. Mientras trataba de hacer memoria, recordaba haber despertado el poder de sus planetas en Minako y Amy... y recordaba la explosión de poder que eso provocó. También recordaba las dudas de ambas por que las Outer se pudieran enterar, aunque yo estaba casi segura de que al menos una seguro lo notó. Pues si lo que dijo Fighter era correcto y Saturn estaba buscando la energía de la pequeña Dama, no pasaría por alto una explosión de poder como las de Venus y Mercury.
Pero luego no conseguía recordar nada, o mejor dicho ver nada. Recordaba la sensación de sentirme libre, por qué había sentido prácticamente como si unas cadenas se hubieran roto, recordaba la sensación de un poder puro y muy fuerte, y recordaba unos ojos coral.
- ¿Ojos coral...? - pregunté en voz baja para mí misma - ¿Galaxia?
Me apoyé sobre la barandilla, soltando un suspiro exasperado. Y deje caer mi cabeza entre mis brazos.
- ¿Por qué no consigo recordar...? - me volví a preguntar - ¿Qué diablos he hecho?
Cerré los ojos y me dejé llevar, intentando recuperar lo que fuera que había olvidado por qué algo me decía que era importante. Y al principio no sentí nada, pero de pronto fue como si mi cuerpo hubiera viajado al espacio exterior, y me vio rodeada por muchísimos puntos de luz. Y aunque quería pensar que lo estaba imaginando sabía que no, y que lo que estaba viendo era semillas estelares. Unas naciendo, otras muriendo y otras, simplemente estando ahí.
Jadeé, y volví a mi mente. Mientras abría mis ojos completamente sorprendida.
- ¡Oh Dios Mío! - exclamé en voz alta, y salí corriendo, olvidando por completo que Seiya seguía dormido y qué estaba haciendo ruido. La puerta se cerró con un golpe un poco fuerte detrás de mí. Pero seguí corriendo, podía sentir la energía de mis Senshi, pero no solo la de ellas. Sabía exactamente dónde estaba Kakyuu, y dónde estaban las demás Starlights. Y yo sabía a cuál de todas buscaba, así que simplemente seguí su energía sin preocuparme por nada.
Atravesé corriendo el palacio, sin ser consciente de la persona que había empezado a seguirme. Ni de las miradas curiosas que despertaba mi carrera, y salí corriendo del palacio. Necesitaba encontrar a Healer y necesitaba encontrarla ya. A pesar de que no estaba de entrenar, no me costó seguir el ritmo de mi carrera, y alcancé la zona dónde sentía la energía de mi amiga, pero mi poder no me indicaba su posición exacta y al girar literalmente derribé a Healer.
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Cénit
Fanfiction[Post-Stars] Usagi ve su futuro como la más brillante perla, y esta completamente feliz por llegar a él, pero aún le quedan unos cuantos años para crecer y aprender de la vida. Los años van pasando y nuestra princesa, aprende cosas sobre su vida...