CAPITULO 2

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- No... no me veas- decía Lucía tratando de cubrirse el cuerpo con la toalla.

- Tú... ¿tú qué haces acá?. –dijo viendo el cuerpo de Lucía mientras ella misma se cubría el cuerpo evitando que Lucía fuera a ver más de la cuenta.

- Es mi nueva habitación. ¡SAL, SAL DE AQUÍ, NO ME VEAS, SALLLL!!!!- A empujones Lucía sacó a Alex del baño-

- Bueno al menos tiene un excelente cuerpo. -Alex se ve su entrepierna y ve aquel bulto hecho. Una pícara sonrisa se pintó en sus labios y sacudió su cabeza para bajar a su cama.

Al salir Lucía estaba toda cubierta, llevaba un pijama de pantalones y camisa de mangas largas. Antes usaba camisones ya que su religión no le permitía usar pantalones. Pero como estaba en el nuevo colegio prefería usar pantalones, aun así, la mayoría de sus pijamas eran esos camisones del siglo XIX.

- Hola- le dijo Alex desde su cama, aún tenía una almohada en su entrepierna.

- Ho...hola.- dijo tímidamente.-

- Soy Alejandra, pero todos me dicen Alex- extendió su mano.

- Lucía, pero me puedes decir Lu. – tomó su mano.

- Muchísimo gusto- dijo viendo lascivamente el cuerpo de Lucía. -

- Iré a dormir- contestó tan pronto liberó su mano y se giró hacia su cama-

- ¿Cómo? si recién son las 8:00 pm- Miró el reloj al lado de su cama y si esa hora marcaba-

- Es tarde por lo general me acuesto a las 7:30 pm-

- Vaya, tempranito.- se burló.

Lucía corrió las sábanas de su cama apagó la luz de su mesa de noche para descansar. Alex sonrió y subió ahora si al baño. Comenzó a darse una ducha.

- Becada, pobretona y todo, pero está más que buena. – dijo mientras frotaba aquel bulto que tenía entre sus piernas.

Alex había nacido como cualquier otra niña normal, pero a los pocos meses comenzó a tener una pequeña protuberancia donde debería tener su clítoris a los pocos meses tomó el tamaño de un pene como de un bebé de su edad. Los médicos explicaron que eso era algo poco usual pero que sucedía y si ellos gustaban podían removerlo quirúrgicamente, pero sus padres prefirieron que su hija decidiera. Desde temprana edad se sintió atraída por las niñas y decidió conservarlo. Le podría dar un buen uso al mismo y se lo estaba dando.

Mientras se bañaba continuaba pensado en lo poco que había podido observar del cuerpo de la morena pero lo suficiente para despertar aquel deseo en ella que en ese momento la llevaba a un orgasmo.
Bajó y encontró todo el cuarto a oscuras, recordó que la castaña le había indicado que dormía temprano, así que sin más remedio se dió vuelta y durmió.

Eran cerca de las 5:00 am cuando algo la despertó. Jamás nada la levantaba hasta las 7:30 am, hora que se cambiaba para ir a las clases. Para su sorpresa ve a Lucía arrodillada frente su cama orando.

- Oye madre Teresa- Dice Alex - sabes si quieres orar hubieras entrado a un convento y no a un colegio tan importante como este- se mofó de su compañera-

- Tener una religión no me hace dejar un lado los estudios.

- Claro santa Lucía - volvió a mofarse girándose para volver a dormir, pero los rezos de su compañera prosiguieron. - POR DIOS TE PUEDES CALLAR - gritó Alex -

- Son mis rezos matutinos-

- Puedes hacerlo más tarde o en silencio-

- No puedo. -le contestó irritada- Alex se levantó y miró a Lucía, realmente si dejaba todo eso debía ser una chica sensual imaginó. A pesar de estar con ese pantalón largo hasta los tobillos, mangas largas y cuello alto. Pero en el camino se acordó de algo. Y de inmediato se tapó su entrepierna, siempre que despierta lo tiene levantado. Lucía por inercia miró lo que Alex se tapaba. - ¿Te pasa algo? - preguntó.

CORAZÓN CONTRA TODO - (Luciale) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora