CORAZÓN CONTRA TODO - (Luciale)

CAPITULO 20

ALEX POV

La doctora movía sus labios, pero no era capaz de entender lo que ella me decía. En mi cabeza solo se repetían una y otra vez como un interminable eco las palabras de "Lo siento mucho Sra. León" Que rayos significaba eso. ¿Acaso algo le pasó a Lucía? ¿acaso le pasó algo al bebé? Pero mi estúpido celebro no reacciona y sigo aquí pensado y no entiendo nada. Era increíble como mi mundo se desvaneció por cinco palabras.

- ¿Disculpe qué? - fue lo único que salió de mis labios- ¿Le pasó algo a Lucía?

- Ella está bien, ahora está bien. Hubo complicaciones y perdió mucha sangre, ahora esta en recuperación tan pronto despierte podrás verla- suspiré con alivio entonces me llegó... él bebé.

- ¿Mi bebé?

- Creo que debes venir conmigo-
Me comencé a sentir muy ansiosa, sentía como mis manos sudaban mientras camino tras la doctora, vi donde me llevaba, era el área de los cuneros de los bebés. Entonces me llevaba donde mi bebé ¿no? Si me llevaba allí es porque estaba bien o ¿no? ¿Entonces que estaba mal? ¿Por qué me dijo que lo sentía? Las dudas golpeaban mi cabeza. Miré los cuneros y me pregunté cual sería mi bebé.- ¿Ponte esto? - me dijo mientras me daba una bata color rosa de esas que prácticamente son trasparentes y me dió un cubre boca.

La obedecí, me los puse sin pensarlo y volví a seguir a la doctora, me llevó entre los cuneros y solo pensaba cual sería mi bebé y entonces lo ví y sentí el miedo, no podía ser. Me quería morir eso no podía ser. En un cunero apartado, mejor dicho, en una incubadora neonatal había un bebé. Se veía demasiado pequeño indefenso, sus ojos estaban tapados con unas gasas y un tubo estaba en su boca. Mi corazón estaba roto por completo sentía las lágrimas picándome los ojos y ese horrible nudo en la garganta.

- Es mi... es mi...- estúpida voz que no me salía.

- Si... es tu hijo... lo siento mucho... no calculé que la leucemia de Lucía afectó el crecimiento del feto.

- No entiendo- realmente no lo hacía, solo miraba a ese pequeño allí, tan indefenso y delicado.

- Él, no se desarrolló bien, pese que tiene 8 meses tiene el desarrollo de uno de 7 o hasta de 6. Casi todo se desarrolló, pero sus pulmones no del todo y no puede respirar solo, necesita ayuda hasta que maduren más, aparte nació bajo peso, necesitará un tiempo aquí... Alex... existe una posibilidad de que no sobreviva, sus signos son débiles.

- ¿El? - fue lo único que pude pensar después de tanta información tan horrible- ¿tengo un varón?

- Si es un varón, Alex.

- ¿Me puedo quedar con el?- pregunté ahora mientras introducía la mano por los agujeros y acariciaba lentamente su bracito.

- Si, claro. Los dejaré un rato solos.

- ¿Lucía sabe?- volví a preguntar con aún más dolor.

- No, aún no sabe.

- No le diga nada aún.

Esto era mi culpa, mi hijo estaba así por mi culpa, yo fui quien lo rechazó todo el embarazo, yo fui quien no le dió su amor y lo resintió. Me dolía verlo tan pequeño, sentía como mis lágrimas bajaban sin cesar. Recuerdo cuando Mía nació y la tomé en mis brazos, era tan gordita sus mejillas rosaditas, entraba en todo mi brazo completo. Pero él era más pequeño que mi antebrazo.

- Lo siento- le susurré- lo siento mucho- volví a decir mientras metía mi mano de nuevo- es mi culpa, jamás te dije cuanto te amaba, jamás en estos 8 meses. Lo siento tanto, realmente te amo, solo era una tonta caprichosa enojada con la vida y me desquité contigo que aún ni nacías, tienes que ser fuerte hijo. Los León somos fuertes hijo y tú lo serás igual, amor- acaricié su escaso cabello negro de su cabecita.- tienes que luchar mi vida, Mía está loca por conocerte y más tu mamá, estas lleno de vida, demuéstralo- tomé su manita que apenas era del tamaño de mi pulgar y sentía como lo apretaba suavemente, pero lo suficiente para yo saber que el luchaba, no sé cuánto tiempo pasó solo quería decirle a mi pequeño cuanto lo amaba.