CAPITULO 14

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- Supongo- levantó los hombros restándole importancia- ¿En qué nos quedamos? - volvió a abrazar a su esposa por la cintura.

- En que debo cocinar- jugó Lucía.

- No, no era eso- besó la barbilla de su esposa- ven- dijo al sentarse sobre el sofá y atraer a su esposa para que se sentara a horcada sobre ella- ¿querías aprender?

- Si- volvió a besar a su esposa.

- Si no te sientes cómoda, solo me lo dices y...

- Shhhh.

Lucía comenzaba a mover su cadera de atrás hacia delante.

- Lu, mierda- Gimió Alex sintiendo la fricción y echando la cabeza hacia atrás. De un movimiento rápido sacó la blusa de Lucía para ver sus senos moverse por los movimientos de su esposa que tenía sus ojos cerrados disfrutando. Llevó sus manos a las caderas de Lucía para aumentar la presión contra su centro. Su pene ya estaba más que duro y atrapado entre sus pantalones gritando por ser liberado.- ¡Maldición, LUCÍA! - acarició las piernas de su esposa sobre el pantalón que usaba, subió sus manos hasta su trasero y lo apretó logrando un gemido de Lucía.

No sabe cómo ni cuándo, pero ella solo estaba con su bóxer y Lucía solo traía su ropa interior inferior. Sus manos habían abandonado las caderas de Lucía, ahora se posaban en sus senos.

- Alex - Gimió Lucía mientras bajaba sus manos al bóxer de Alex - sácalo- Alex se mordió su labio al ver los ojos de su esposa oscurecido de deseo.

Era la mejor imagen que podía tener. Su hermosa esposa, tan hermosa e inocente pero a la vez tan jodidamente sexy. Era la mujer más sencilla y de puro corazón, pero en momento ella sabía que podía ser tan sexy. Alex terminó de sacar su bóxer y la ropa íntima de su esposa.

- ¿Estás segura? - preguntó cuando vió a su esposa lista para sentarse sobre ella.

- Aja- solo respondió mientras comenzaba el descenso.

Alex quería morir allí mismo de placer al sentir a Lucía sentada sobre ella y como comenzaba moverse. Los movimientos de Lucía eran lentos y precisos, comenzaba a levantarse y dejarse caer una y otra vez. Sostuvo las caderas de Lucía ayudándola con sus movimientos. Los gemidos por parte de ambas se comenzaron a escuchar por toda la habitación y rogaban internamente porque esas paredes no fueran tan delgadas como parecían porque todo el edificio sabría que ocurría allí.

Los movimientos de Lucía aumentaron de velocidad y Alex solo atinó a levantarse cargándola. La castaña enredó sus piernas en la cintura de su amada mientras esta caminaba hasta llegar a la habitación. La depositó delicadamente sobre la cama y la besó, no con lujuria, sino con amor, con todo el amor que existía en ella y quería que Lucía siempre lo recordara. La ojiverde retomó el trabajo entrando y saliendo de Lucía tras de un par de embestidas ambas llegaron al clímax.

- Dime que estás con píldoras- dijo Alex aún sobre Lucía.

- Jajajaja ahora lo recuerdas- acarició la espalda de su esposa.

- No pensaba mucho antes. - le dió un tierno beso en los labios de su esposa- ahora podemos seguir- dijo con su pícara mirada.

La mañana siguiente Alex salió temprano para buscar empleo, dentro de dos días Lucía comenzaba la universidad y sabía que tendría muchas cuentas por pagar. Tomó el primer empleo que consiguió en un puesto de comida rápida en un centro comercial. El gerente escuchó la historia de Alex y le dió un turno largo de 12 horas así se aseguraba que la chica ganara lo suficiente, aunque fueran más hora. La pelinegra estuvo de acuerdo, no le molestaba si eso sería ganar más. Abría el local a las 7:00 am junto al Gerente y salía a las 7:00 pm.

CORAZÓN CONTRA TODO - (Luciale) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora